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Las regiones

Urgentes decisiones para impedir el aumento de casos y presión de los servicios sanitarios.

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Hace bien el Gobierno en prestar atención al incremento de los contagios de Covid-19 en las regiones, ahora que cerca del inicio de la segunda etapa de la cuarentena se tienen incrementos sostenidos de casos y con ello el riesgo de presión sobre la infraestructura sanitaria.

El reporte de casos (10.896 muestras, de las cuales 10.225 son negativas y 671 positivas, 84 hospitalizados, 33 están en UCI y 30 con respiración mecánica) indica que 72 de los 671 casos se ubican en Loreto y en tres regiones del norte (Piura, Lambayeque y La Libertad) que son, al mismo tiempo, las regiones más resistentes a la cuarentena. El reporte de detenidos señala que, del total de 26 mil detenidos, caso 2 mil lo fueron en La Libertad, por ejemplo. Es igualmente correcta la decisión de que, con base en informes específicos por región sobre el acatamiento de las disposiciones dadas en el estado de emergencia y a la evolución de los contagios, el Gobierno se apreste a tomar medidas más duras.

Habría que considerar que la pérdida de capacidad de los servicios sanitarios en el Perú ha sido más severa en las regiones. La infraestructura en Salud no fue tomada en cuenta por varios años por las regiones, en privilegio de las carreteras. Ya antes de la cuarentena el Programa Nacional de Inversiones en Salud (Pronis) hacía denodados esfuerzos por recuperar el período de atrasos, a lo que se agregaron los efectos perniciosos de la corrupción, resultado de lo cual ha sido la paralización de la construcción de centros de salud en todo el país. El año pasado, la Contraloría General de la República ejecutó un operativo de control en diversos hospitales del país que reveló que el 37% de nosocomios visitados no cuenta con la infraestructura requerida.

La falta de camas y de ventiladores en las regiones es un hecho, de modo que la presión de los servicios sanitarios cuando se eleve el número de contagios de acuerdo a lo previsto debe ser contenido o retrasado con urgencia. La decisión de que los gobiernos regionales ayuden a enfrentar este proceso para mejorar la toma de muestras de personas con síntomas y cómo atender los casos positivos en los hospitales regionales debe ser acompañada de una mejor control de la cuarentena.

Es igualmente urgente el uso de las capacidades a la mano. Por ejemplo, la construcción paralizada del Hospital de Andahuaylas en Apurímac no ha impedido que se utilicen los respiradores mecánicos ya almacenados. Todo ayuda, la creatividad y la decisión son parte del éxito en estos momentos.