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Sociedad

La realidad

El último viernes los médicos del Hospital Honorio Delgado realizaron una protesta por no contar con los implementos elementales para protegerse.

Columna
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Federico Rosado

Docente

Conforme pasan los días verificamos la triste realidad de los servicios públicos y privados de salud en la ciudad de Arequipa. Hago la precisión de “ciudad” porque la realidad de la salud en la región es peor.

Un par de ejemplos

Una mujer gestante puede morir por falta de atención elemental en cualquiera de los distritos de la provincia de La Unión.

Si a usted le diera un infarto en Chivay (Caylloma), si no contrata un carro de fórmula 1 para llegar a la ciudad de Arequipa, simplemente morirá.

Agreguemos que la ciudad de Arequipa es la segunda ciudad del Perú.

Pero, regresemos a los servicios públicos y privados de salud y el coronavirus.

¿Qué clínica privada arequipeña podría atender a un paciente infectado por el covid-19 en fase crítica?

¿Qué laboratorio de análisis clínico privado está en condiciones de poder hacer las pruebas?

En el caso de lo público, es para llorar.

El viernes, antes de la presentación presidencial, los médicos del Hospital Honorio Delgado realizaron una protesta por no contar con los implementos elementales para protegerse.

Recordarán los lectores que se tuvo que hacer una pollada el año pasado para comprar material y equipos en el Hospital Goyeneche.

En el caso de EsSalud, la pobreza se respira también.

La realidad impera y por eso el “secuestro” en el que estamos es inevitable.

Pero, qué pasará cuando los infectados se incrementen y los casos graves necesiten atención médica hospitalaria.

La realidad refleja también la mediocridad de las autoridades de la segunda ciudad del Perú.

Porque el covid-19 no será el último virus que vivamos.

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