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Sociedad

Kampala-Lima: A “tierra de nadie”

“Debería empezarse, pues, por algo elemental, que ya funciona en la mayor parte de aeropuertos del mundo: cámaras térmicas”.

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Está comprobado que la “pandemia” del coronavirus (COVID-19) viene del Asia y Europa y que se pasea por el mundo a través de los aeropuertos. Controles preventivos fundamentales se están haciendo en la mayoría de aeropuertos bien organizados del mundo.

Aterricé en el aeropuerto de Qatar hace tres semanas y un sensor de temperatura corporal detectaba al paso a cada pasajero sin que se detuvieran. Si alguien pensara, “bueno, país riquísimo no puede servir de ejemplo”, se equivoca pues hasta en Kampala, Uganda, hay controles de salud rigurosos y eficientes en su aeropuerto internacional como lo supe de una pareja que recién llegó a Lima desde ese país. También los hay al llegar a ciudad de Guatemala y en muchos otros aeropuertos que no son del “primer mundo”.

No es dato irrelevante que la mayoría de casos en países como Colombia o Perú sean de personas que llegaron de España, país que supera ya los 2,000 casos y más de 50 personas ya fallecidas. No hay que ser especialista en epidemiología para darse cuenta de que el control de salud en los aeropuertos de entrada es fundamental. Eso no se está haciendo en Lima, por cuyo aeropuerto pasan más de 50,000 personas al día, “puerta de entrada” del coronavirus al Perú.

Se ha conocido, sí, que desde esta semana a los recién llegados les hacen entregar, tras larga cola, una declaración impresa firmada que asume, equivocadamente, que todos los pasajeros están al tanto de su salud y que no ocultarán la verdad (para evitarse la “cuarentena”). Sin perjuicio de declaraciones, la clave es ejercer algún control de salud efectivo a quienes llegan.

Como pude comprobarlo del caso de esas personas venidas de Kampala, ¡oh sorpresa!, luego de llegar el domingo a Lima, absolutamente nadie les controló absolutamente nada (no es error la reiteración). Y eso, esta semana, cuando ya el mismo presidente había publicitado el “caso cero” y al momento de escribirse estas líneas ya hay 15 casos confirmados.

Para funcionar expeditivamente el indispensable control en el aeropuerto tendría que reunir la triple condición de ser, primero, eficaz en la detección de una posible temperatura elevada en quien llega; segundo, aplicarse con eficiencia para no generar innecesarias colas y perturbaciones y, tercero, con indicaciones claras a los recién llegados sobre a dónde dirigirse o a quién llamar en caso tengan, después, una duda sobre su situación de salud.

Debería empezarse, pues, por algo elemental, que ya funciona en la mayor parte de aeropuertos del mundo: cámaras térmicas. Cuentan con alto nivel de precisión y detectan patrones de temperatura corporal de las personas con un nivel de diferencia de unos 0,3 grados de precisión. Resultado que está muy por encima del bajo 75% de acierto con el que contestan las personas consultadas sobre si sienten fiebre.

No es lo único que hay que hacer. Pero si no hay un control efectivo en los aeropuertos, todo lo demás será por gusto.

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