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Sociedad

Picsi, un pueblo olvidado por el Estado

Distrito ubicado en Chiclayo, solo tiene dos colegios, una posta médica sin medicinas, no hay telefonía móvil. Su penal construido en 1987 es considerado el segundo penal con mayor sobre población del país. Tiene alto índice de desocupación.

Picsi es un pequeño distrito de la provincia de Chiclayo que, a pesar de estar ubicado entre dos provincias y contar con sus servicios básicos, es un pueblo olvidado por el Estado. Los locales de sus dos colegios y mercados, desde años, lucen gruesas grietas en sus paredes y los servicios higiénicos no funcionan. Picsi tiene una pequeña posta médica que apenas se abastece para atender las necesidades de los pobladores.

Medicamentos no hay. Como si esto fuera poco Picsi tiene un alto índice de desocupación y, por ende, el índice de pobreza también es alto.

Los pobladores no pueden acceder a la comunicación por teléfono móvil.

A los lados de sus polvorientas calles, algunas de las cuales carecen de veredas y pistas, se levantan modestas casas de un o dos pisos, estas últimas de los vecinos más pudientes.

Sin embargo, hacia el fondo, al final del pueblo, emerge el único edificio del lugar, que tiene tres pisos y cuya construcción ocupa una gran área.

Es el establecimiento penitenciario de Chiclayo que fue construido en 1987 para albergar a 1,143 internos pero que actualmente tiene una población de 4,640 reclusos. De acuerdo a la Defensoría del Pueblo, esta cifra lo convierte en el segundo penal con mayor sobrepoblación del Perú.

A propósito, la población de Picsi apenas alcanza a los 13000 habitantes. Es decir solo en el penal viven más de tercera parte que toda la población del distrito.

Entre el olvido y la burla

A principios de este año, la entonces ministra de Justicia Ana Revilla informó a los pobladores de Picsi que el Gobierno Central había decidido invertir más de S/250 millones en la localidad lo que fue celebrado con aplausos y vítores. Pero este entusiasmo se diluyó cuando la ministra agregó que esa suma era exclusivamente para construir unas 2,500 unidades de albergue (celdas) del penal, en un plazo aproximado de dos años.

Como es fácil adivinar este anuncio provocó en principio la indignación y el rechazo de toda la población. Pero luego, ya más serenos, le hicieron llegar un petitorio: invertir esa suma en la construcción de un mercado, ampliar la posta médica, mejorar la infraestructura de los colegios, atender la seguridad ciudadana, etc.

Piden interés del Estado

En resumen los pobladores pidieron al Estado interesarse más en las necesidades de la comunidad y no solo preocuparse por el penal.

En ese sentido le informaron que la población de Picsi se muestra en contra de la ampliación del penal de Chiclayo y aseguraron que no van otorgar la licencia social para los trabajos.

Es más, piden que el recinto carcelario sea retirado de la zona urbana.

Sin embargo otro grupo se mostró de acuerdo con que se realicen los trabajos de ampliación, pero con el compromiso de que el penal tenga un sistema de agua y desagüe separado del distrito.

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Entre los primeros figura Betty Coronado Guevara, vecina de Picsi, quien indicó que esta situación ya se registró hace 40 años, cuando, al empezar a construir el penal, las autoridades prometieron obras, pero nada de eso se cumplió, solo se construyó el penal lo que posteriormente trajo diversos problemas para los picseños.

“Existe un dren que sale del penal y que tiene 40 años, pero nadie se preocupó por subsanar, eso ha provocado una laguna de desechos tóxicos que salen del penal y que ha destruido todo la zona de El Médano, que era un área verde”, comentó.

La moradora agregó que los sábados y domingos, son los días más difíciles para la población, puesto que llegan familiares a visitar a los reos, pero que en el camino realizan sus necesidades biológicas al aire libre. “Ninguna autoridad se ha preocupado en construir servicios básicos para el uso de los miles de personas que llegan en esos dos días de visita”, recriminó.

Médicos del Ministerio de Salud detectaron 398 casos de TBC entre los reclusos del penal, de los cuales 388 son varones y 10 mujeres, incluso tres son multidrogos resistentes. Ante este informe el INPE, en primera instancia, prohibió el ingreso de los hijos menores de las internos.

Si bien el INPE explicó que se realizó un tamizaje a través de baciloscopia de esputo y radiografía de tórax, también sostiene que el problema de la TBC continúa latente y que incluso podría llegar a afectar a los pobladores de Picsi ya que como se sabe, el bacilo de Koch se trasmite por el aire.

Ahora toca al ministro de Justicia y al nuevo gabinete atender los justos reclamos de los pobladores del distrito de Picsi.

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