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Sociedad

Arequipa: Cachimbas de la UNSA con habilidades especiales

En el último examen extraordinario de esta casa de estudios ingresaron 24 estudiantes con habilidades diferentes. No obstante consiguieron su meta con mucho esfuerzo y dedicación.

sueños. Anyeli Carcausto Sullo de 18 años tiene grandes aspiraciones. Planea tener su estudio contable.
sueños. Anyeli Carcausto Sullo de 18 años tiene grandes aspiraciones. Planea tener su estudio contable.

Deysi Pari

A la joven Anyeli Carcausto Sullo los retos que enfrentó la hicieron más fuerte. Recientemente ingresó a la carrera de Contabilidad en el examen extraordinario de la Universidad Nacional de San Agustín (Unsa). Fue un logro a punta de esfuerzo.

Ella nació con parálisis cerebral que afectó el lado derecho de este órgano del sistema nervioso. Como consecuencia, tiene problemas de lenguaje y retardo psicomotor; además de síndrome coreico, que consiste en movimientos involuntarios de su cuerpo que no puede controlar.

Tener esta condición no la ha amilanado. Le han hecho ver la vida desde otro ángulo. “Algunas veces me sentía algo diferente, pero con el tiempo me fui acostumbrando. Alguien me dijo que yo tengo una condición y eso nunca va a cambiar, debo aprender a convivir con ello”.

La joven de 18 años es una de los 24 estudiantes con habilidades diferentes que el sábado 29 de febrero se convirtieron en nuevos estudiantes de la Unsa.

En este proceso de admisión, se hicieron una serie de ajustes para que las personas con habilidades diferentes rindan su evaluación de forma óptima. En total, 59 postulantes dieron el examen, pero solo 24 ingresaron.

La universidad dispuso de 10 asistentes para apoyar a estos postulantes en su desplazamiento, 9 intérpretes de lenguaje de señas para los alumnos que tenían problemas auditivos y 3 especialistas en sistema Braille para ayudar a quienes padecían de discapacidad visual.

La preparación

Desde pequeña, Anyeli asistió a terapia de lenguaje, además de rehabilitación física para mejorar su calidad de vida. Se esforzó mucho. Cursó la primaria y secundaria en el colegio Sor Ana de Circa en Ciudad Blanca – Paucarpata. Cuenta que algunas veces hubo contratiempos, sin embargo, los profesores y compañeros de aula la apoyaron.

Cuando estaba en tercer año de secundaria, hubo un cambio de director en su centro educativo. El nuevo directivo pidió hacerle un examen psicológico para ver si ella continuaba en el colegio. “Me sentí mal y triste, porque estuve en el colegio por años y todos sabían que pongo todo de mí para aprender”.

Finalmente, el examen psicológico arrojó que Anyeli estaba completamente apta para seguir con sus estudios.

Para ingresar a la universidad, redobló esfuerzos. Se preparó en dos academias, en una de 11 a dos de la tarde y en la otra desde las 2: 40 hasta las 7 de la noche. Algunos profesores le pusieron especial atención y si no entendía algo se lo volvían a explicar. Cuando ingresó, esos docentes la abrazaron y celebraron con ella su logro.

“Ha sido un poco difícil, pero mi sueño y mi constancia me han permitido darme la fortaleza para conseguirlo”.

Cuando rindió el examen, tuvo algunas complicaciones, pues demora más en leer. A ella la acompañó una asistente que la ayudó a colocar su nombre y marcar las respuestas.

Anyeli tiene grandes metas. Quiere tener su propio estudio contable y también estudiar la carrera de Derecho para ser notaria pública. Quiere que los peruanos destaquen por su esfuerzo y no sean vistos en el exterior por querer ganar plata fácilmente.

Ingresante a los 39 años

Lourdes Yupanqui Morales es otra de las nuevas cachimbas en este proceso. Ingresó a la carrera de Derecho. Tiene 39 años y dos hijos de 12 y 9 años de edad.

La mujer ha sentido la discriminación en carne propia. Cuenta que postuló a varios trabajos mediante concursos de méritos y jamás le otorgaron la bonificación del 15% sobre el puntaje final, que es dispuesto por ley para personas con alguna discapacidad. En el 2014 ella fue diagnosticada con lupus, una enfermedad autoinmunitaria en la que el cuerpo ataca por error tejidos sanos. A raíz de ello, Lourdes ahora no tiene riñones, por eso es sometida a hemodiálisis hace 5 años.

Los médicos le explicaron que, a raíz del lupus, su cuerpo destruyó sus riñones. Ella necesita un trasplante.

Otros efectos de la enfermedad son inflamación del cuerpo y calambres fuertes que a veces le hacen difícil caminar. Además, corre el riesgo que otros órganos sean atacados por su mismo cuerpo.

Lourdes decidió estudiar Derecho para tener más oportunidades, para defenderse en la vida, por el bienestar de sus dos hijos. “Estuve dos años con depresión, pero he tratado de voltear la página y continuar como si no pasara nada y estudiar como si viviera muchos años”, dice algo acongojada.

Para ella es un nuevo comienzo. Además de su nueva carrera, pues ella ya es contadora, quiere trabajar para sacar adelante a sus hijos. Sabe que tiene la fortaleza.

Los casos de Lourdes y Anyeli son una muestra de fortaleza. La joven deja un mensaje para las personas que, como ella, tienen habilidades diferentes. “La condición de una persona no es un impedimento para lograr tu sueño. Al contrario, es una motivación para demostrar a la sociedad que sí se puede, porque algunos son muy crueles. Nos miran como si fuéramos unos bichos raros, o de otro planeta”.

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