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Sociedad

El sueño de Solsiret era ver a las mujeres libres de violencia

Murió a los 23 años. Fue una joven comprometida con causas que consideraba justas. Sus amigos no imaginaban que su vida corría peligro. “Fue una gran persona, una luchadora”, señalan.

El caso de Solsiret Rodríguez Aybar no solo ha conmocionado al país por la crueldad con la que actuaron sus asesinos, sino también por la indiferencia que mostraron las autoridades (policías y fiscales) para emprender su búsqueda cuando sus padres denunciaron su desaparición, el 23 de agosto del 2016.

La vida de Solsiret Melchorita ha sido corta (murió a los 23 años) pero intensa. Desempeñó un activo rol social en defensa de los derechos de las mujeres desde que tuvo conciencia del peligro en que viven.

En las redes sociales ya se habla de la #LeySolsiret y no es para menos. A partir de su caso es posible que el Estado, si se lo propone, haga realidad el muy necesario y aún pendiente protocolo para la búsqueda de mujeres desaparecidas.

El Sol de su familia

Nacida el 26 de marzo de 1993 en el Callao, Solsiret, o Sol, como la llamaban sus familiares, era la última de los tres hijos de Carlos Rodríguez y Rita Rosario Aybar.

Como a toda niña, le gustaba jugar y hacer excursiones; no era tan extrovertida, pero lo suficientemente alegre y espontánea como para ser la alegría del hogar.

Estudió en el colegio Sor Ana de los Ángeles del Callao, fue una alumna aplicada y muy amable y respetuosa.

“Ha sido mi engreída porque como era la última de los sobrinos, yo la llevaba a pasear a la playa y nos divertíamos mucho. Conforme fue creciendo, sobre todo cuando ya entró a la universidad, nos distanciamos un poco porque ya no coincidíamos mucho, pero siempre fue mi engreída”, comenta Rolando Rodríguez, tío de Solsiret.

Como el mayor de los primos, a Edwin Rodríguez Alzamora le tocó ver crecer a Sol: “Yo le decía piojito de cariño porque era chiquita. Recuerdo que mi tío Carlos, su papá, le cantaba ‘Mi niña bonita’ y ella bailaba. Es difícil que alguien hable mal de ella, no porque ahora esté muerta, sino porque verdaderamente era una chica que se hacía querer”, señala su primo hermano.

La niña terminó la etapa escolar y siguió la universidad. Allí conocería el amor y el desamor.

En la casa de la familia Rodríguez Aybar, nadie disimula su malestar al escuchar el nombre de Brian Villanueva, la expareja de Solsiret y padre de sus hijos, pero esta incomodidad no es nueva. “Cuando Solsiret me presentó a su novio hace cinco años, no me generó buena impresión. A su papá tampoco le cayó bien y por eso tuvieron algunas discusiones, usted sabe, el corazón de los padres no miente”, señala el tío Rolando.

Estudiante y madre

En el 2012 Solsiret ingresa a la escuela de Sociología de la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV) y en paralelo a su carrera universitaria iniciaba otra carrera importante: la de ser madre.

“Solcito siempre fue una chica comprometida con causas justas. En nuestra universidad había problemas de corrupción. Integramos un colectivo progresista ‘Sociales Independientes’ para lograr mejoras en favor de la comunidad estudiantil. En marchas y protestas que se armaban, ella estaba allí, ella fue una muchacha política”, señala Carlos Salgado, compañero de clase de Solsiret y uno de sus más cercanos amigos.

Precisamente, el 23 de agosto del 2016, Solsiret tenía planeado reunirse, por la noche, con Carlos y otros amigos de la Villarreal para celebrar el cumpleaños de un compañero. Le enviaron mensajes al WhatsAapp, pero nunca contestó.

Tras su desaparición, se dijo que Solsiret había escapado dejando a sus hijos y a su pareja. Según Carlos, esta versión nunca fue aceptada por su círculo más cercano de amigos porque a donde Solsiret iba, la acompañaban sus pequeños.

"Ella amaba a sus hijos, los llevaba a nuestras reuniones para hacer trabajos. Incluso dejó de llevar algunos cursos en la universidad para poder cuidarlos y dedicarse a ellos", afirma Carlos.

A Evelyn Gavilán, otra amiga de la universidad, también le consta del amor que Solsiret tenía por sus hijos. Y es a ella a quien le contó que “tenía problemas con su familia política”.

"Supimos que era difícil para ella convivir en esa casa, pero no imaginamos la magnitud del problema. Sol nos contó que tenía discusiones con su suegra y con su cuñado y le sugerí que se mude a la casa de sus padres", señala Evelyn.

Carlos, por su parte, recuerda que Sol no les contó a fondo sobre sus problemas porque si había algo que no le gustaba era dar preocupaciones.

Solsiret feminista

“Estaba en el balcón del tercer piso del pabellón y se me acercó para preguntarme sobre mi activismo feminista en la universidad. Yo era algunos ciclos mayor y ella empezaba la carrera, es así como la conocí”, recuerda, por su parte, Kathe Soto, amiga y compañera de Solsiret en la lucha feminista.

Se interesó tanto por el activismo en defensa de los derechos de la mujer que llegó a destacar y ser activa en su comunidad del Callao. Asistió a la gran marcha de ‘Ni Una Menos’, esa que marcó un antes y un después en el activismo limeño.

Integró el movimiento ‘Católicas por el Derecho a Decidir’ y fue partícipe de muchas marchas y protestas para denunciar, justamente, los feminicidios. Paradojas de la vida.

También hizo su paso por la ONG Flora Tristán y Kathe la invitó para colaborar en los proyectos sociales.

"Mira cómo son las cosas, han sido las abogadas de Flora las que han asumido la defensa legal de su caso y están ayudando a sus padres en este proceso", afirma Kathe.

Una lección

¿Cómo una joven con claras convicciones feministas no pudo salir a tiempo de un entorno familiar que le estaba siendo adverso?

“Las activistas terminamos preocupándonos por tantos casos, intentando apoyar a otras mujeres, y a veces no nos detenemos a analizar nuestros propios procesos. Si hay una lección que nos deja la muerte de Solsiret es esta, el cómo vamos construyendo nuestro autocuidado”, analiza Kathe.

Solsiret Rodríguez sin duda cumplió un propósito y es que cuando una feminista muere, nunca muere.

Hoy llevarían a la cárcel a los implicados

El último viernes, tras aceptar el pedido del Ministerio Público, el Cuarto Juzgado de Investigación Preparatoria Permanente de la Corte del Callao dictó 9 meses de prisión preventiva en contra de Andrea Aguirre y Kevin Villanueva, investigados por el crimen de Solsiret Rodríguez.

Al cierre de la nota, los implicados aún no eran trasladados a un penal, por lo que se espera que eso suceda hoy.

La PNP reveló que tras las indagaciones previas respecto a la muerte de Solsiret se ha podido determinar que habría más implicados. Serían la suegra, la pareja y el otro cuñado de la joven activista. Las investigaciones no deben detenerse.

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