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Sociedad

¡Queremos justicia!

“Toca hacer un doble, triple esfuerzo, para hacer de esta una sociedad más equitativa”.

¡Queremos justicia!
¡Queremos justicia!

Para entender el fallecimiento de Solsiret hay una línea de investigación que sigue la policía y hay una historia que contar con responsabilidad desde los medios de comunicación.

Precisamente quisiera empezar por una dura crítica a las autoridades. Una mujer desaparece cada cinco horas en el Perú. Aun así, los policías no quisieron recibir la primera denuncia de la desaparición de Solsiret por dos semanas (el Ejecutivo dice que Dante Pastor, el oficial responsable, fue separado). Cuando al fin procede el caso, el ministro del Interior, Carlos Basombrío, presenta un informe de la Dirincri con fotos antiguas. La policía había usado fotos pasadas del Facebook para decir que la supuesta desaparecida se encontraba en las playas del norte cuando, en realidad, ya había sido cruelmente asesinada.

Una mujer desaparece, malos policías se demoran y hacen un informe falso que un ministro incompetente publica y luego... luego está la complicidad de la fiscalía. Dos fiscales a cargo, Lucila Aliaga y María Quicaño, que en tres años hicieron poco o nada, siendo la última ahora trabajadora en la Fiscalía de la Nación. A la madre le dijeron que Solsiret seguro se había ido con otro, que se había cansado de los hijos, que era un caso difícil. Este caso se resolvió en 6 meses con otro fiscal.

Es horrible tener que decir que estas personas no pensaron en sus hijas, madres, esposas a la hora de tratar un tema así. Es horrible decirlo porque no tendrían que hacer su trabajo pensando en que la víctima podría haber sido un familiar. Su trabajo es investigar y ayudar a otros. Ayudar a darle paz a toda una familia, a los pequeños de Solsiret que por cierto aún viven con la familia del padre. En esa nefasta casa. Trabajar por otras personas es una vocación y hay quienes no merecen el puesto, por no tenerla.

También está la vocación de los comunicadores. Quienes tenemos una importante incidencia en los imaginarios de las personas. Aquí debo enfatizar: NADA justifica que maten y descuarticen a alguien. Nada. Y ojalá cada vez más comunicadores tengan siempre una narrativa que aleje a la gente de ese tipo de conclusiones.

Y quienes se aprovechan de esta tragedia para hablar mal del movimiento feminista son solo personas interesadas y sin corazón. A las mujeres en general, mucha fuerza y mucha paciencia. Toca hacer un doble, triple esfuerzo, para hacer de esta una sociedad más equitativa y para sacar tanto a hombres y mujeres del machismo que mata.

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