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Fuertes lluvias desde este jueves 28 de marzo
Sociedad

Lluvia

La lluvia deja carreteras y puentes bloqueados o destruidos, viviendas derrumbadas, desagües colapsados, servicios de agua potable y electricidad interrumpidos, ciudades y zonas agrícolas inundadas.

Columna
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Federico Rosado

Docente

Las recientes lluvias en el departamento de Arequipa sirven para sincerar varias situaciones. Qué sería de la región arequipeña si no lloviera. Gracias a Dios y a la naturaleza, eso todavía no sucede.

Pero las lluvias actuales demuestran que Arequipa ni es un departamento ni es una región. Arequipa fue, es y será la ciudad de Arequipa. El resto simplemente no existe.

Y cuando llueve eso se concreta en carreteras y puentes bloqueados o destruidos, viviendas derrumbadas, desagües colapsados, servicios de agua potable y electricidad interrumpidos, ciudades y zonas agrícolas inundadas; además de damnificados, heridos y muertos.

Esto, valga la precisión, en zonas donde hay carreteras, desagüe, agua potable y electricidad.

Y esto no es por la lluvia, sino por el hipercentralismo que aplicamos al resto de la ciudad de Arequipa.

Por qué creen que los jóvenes de La Unión, Caravelí, Caylloma, etc. se vienen a Arequipa “metropolitana”.

O por qué distritos tan cercanos a esa fagocitada ciudad, como Pocsi, se van quedando sin población.

¿Y la autoridad regional? Perdonen, pero prometo nunca más referirme a ella por su condición de incapaz e inútil.

Otra cuestión que no se puede entender es que una represa se rebalse, aunque el término correcto es rebose.

Según el informe oficial, la represa Aguada Blanca se encuentra al 109.3% de su capacidad. ¿Es esto posible? Este viejo embalse de 48 años casi nunca tiene mantenimiento y el 33% (la tercera parte) de él es barro; tiene incontables fisuras y, como si fuera poco, es del que depende el agua potable de la centralizada ciudad arequipeña.

Sin embargo, está al 109.3%. ¿Nadie se dio cuenta de que estaba más que llena y que puede reventar y "chau", Ciudad Blanca?

Finalmente, los huecos en las pistas. Son la mejor manera de probar cómo se hace mal una obra y hay que decirlo: la lluvia desnuda cómo se roba en esta ciudad haciendo pistas.

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