Obispo de Puno pide perdón a fieles de la Candelaria

Liubomir Fernández

El obispo de Puno, Jorge Carrión Pavlich, pidió disculpas y retrocedió en su anuncio de solicitar a la Organización de Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura (Unesco) que retire el título de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad a la fiesta de la Virgen de la Candelaria. Esa nominación se alcanzó en el 2014, tras el arduo trabajo de diversas personalidades.

La amenaza la emitió porque “los bailarines no respetaban la sagrada imagen” durante la misa de víspera del sábado. Explicó que, mientras la Virgen era trasladada de su templo hacia la Catedral de Puno, los danzantes prefirieron seguir bailando y generaron desorden.

Sus declaraciones originaron una serie de críticas a favor y en contra; al punto que, la misa principal en honor a la Virgen la celebró Ciro Quispe López, obispo de la prelatura de la provincia de Juli.

Sin embargo, minutos antes que acabe la celebración litúrgica, Carrión tomó la palabra y pidió disculpas a quienes se sintieron ofendidos con sus palabras. Los fieles lo aplaudieron.

Un exabrupto

En diálogo con La República, Jorge Carrión indicó que se trató de un exabrupto, al ver que un sector no respetaba el acto litúrgico del sábado. Precisó que la fiesta gira alrededor de la Virgen y que se la debería respetar “si es que realmente existe devoción en quienes dicen honrar a la patrona de Puno”.

El religioso resaltó que no está en contra de todas las actividades culturales de la festividad, pero que se debe reconocer que la fe hacia la Virgen es lo esencial.

Desacuerdos

Pese a las disculpas, no se salvó de los cuestionamientos. El antropólogo Henry Flores Villasante consideró que, por sus expresiones, el prelado desconoce las razones por las que la Unesco le otorgó a la festividad dicha distinción.

“La Unesco la declaró patrimonio porque existe la combinación de rituales religiosos con tradición musical, danzas y artesanía. La festividad reúne a las comunidades quechua y aimara, así como a las de la región circundante; las que heredaron este conocimiento y saberes de sus mayores y los transmiten a los jóvenes", sostuvo Flores.

Añadió que no es del todo mala la llamada de atención del obispo y que pretender quitar la nominación de patrimonio al evento es un tema que no tiene lugar. "Se exaltó sin medida”, precisó.

Para el sociólogo Pablo Medina, no está mal el reclamo, pero Carrión hizo mal en pretender meter la mano en toda la festividad. “Es entendible su reclamo. Y es cierto que a cualquiera le enoja que una actividad religiosa sea perjudicada por otra. El obispo, con todo el respeto que merece, no es mandamás para pretender traerse abajo distintas actividades”, dijo.

Asimismo, el antropólogo y catedrático Vicente Analoca Arocutipa le dio la razón al obispo, en el sentido que se están perdiendo la fe, la devoción y la espiritualidad. Cree que está en toda su razón al llamar la atención y cuestionar a quienes comercialmente están deformando el sentido de la fiesta.

“Sin embargo, no puede expresarse de esa manera. Fue un exabrupto tratando de atacar a todo. Eso está mal. No manejó su carácter, pero hay que ser conscientes de que muchas cosas se están perdiendo y, lamentablemente, es propio de los nuevos tiempos”, dijo.

El obispo Carrión reconoció que tuvo un exceso, pero cree que fue en respuesta a todo lo que se veía en ese momento. Lamentó que sea el alcohol y no la fe, devoción ni religiosidad lo que predomine.

Culminó diciendo estar dispuesto a debatir históricamente que la fiesta sí empezó en torno a la Virgen de la Candelaria y, en función a su figura, cobraron mayor fuerza todas las demás actividades culturales.