Escolares en Cusco están en riesgo de ser explotados
Menores buscan un empleo temporal en vacaciones. ONG busca hacer control de alumnos que laboran.
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Luis Álvarez Guevara
Al finalizar el año escolar, 350 adolescentes de tercero, cuarto y quinto de secundaria saldrán de sus comunidades campesinas de las provincias de Paucartambo, Quispicanchi y Paruro para conseguir un empleo temporal. Así concluyó el estudio realizado por la ONG “Centro Yanapanakusun - Para el desarrollo integral de las trabajadoras del hogar”, aplicado en 7 centros poblados.
Ante está situación, Yanapanakusun emprendió una campaña para que los menores no caigan en manos de las mafias dedicadas a la explotación de personas. La ONG advirtió que pueden ser sometidos a explotación laboral y sexual.
Y es que el periodo de vacaciones es aprovechado por los jóvenes para trabajar fuera de sus localidades y así contribuir en la economía familiar, juntar dinero para sus matrículas, compra de útiles y continuar sus estudios.
Lamentablemente, fue el caso de una adolescente de 15 años a la que llamaremos “Paula”. Agobiada por los problemas de alcoholismo de sus padres, esperó que concluyan sus clases para salir de su natal Omacha (Paruro) en busca de un trabajo y sin el permiso de sus progenitores. Luego de seis meses de búsqueda, fue rescatada de una “casa de citas” en Madre de Dios. Hoy está internada en un albergue para menores.
Como “Paula”, la mayoría de menores migran a Madre de Dios a merced de tratantes. A los varones los exponen a trabajos pesados en lavaderos de oro y las mujeres caen en las garras de la prostitución.
“La mayoría de los adolescentes esperan terminar el colegio para migrar, los que provienen de familias disfuncionales son más vulnerables a caer en manos de tratantes”, citó el sociólogo Jorge Gamarra, del centro Yanapanakusun.
De acuerdo a estadísticas, el 60% de jóvenes que migraron en periodo vacacional ha trabajado en ladrilleras, panificadoras, como ayudantes en metalmecánica y minería. En tanto, las adolescentes laboran en restaurantes y como trabajadoras del hogar.
Es preocupante que no se cuente con un registro de cuántos jóvenes no retornaron a casa. Es por eso que el centro se puso manos a la obra. Gamarra sostuvo que implementan un registro migratorio, sobre todo en las comunidades de las provincias mencionadas, para tener un mejor control.
"En este registro se adjudicará a dónde, con quién y qué trabajo realizará el menor”, refirió el especialista de Yanapanakusun.
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