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Sociedad

La niñez en el Perú es algo relativo

“Los Centros de Emergencia Mujer registraron 2,151 casos de violación sexual en menores de 17 años. Vidas destrozadas. Nada que celebrar en el Día del Niño".

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El próximo domingo es el Día del Niño. Aunque sin la parafernalia del Día del Pollo a la Brasa, la ocasión propiciará algunas campañas publicitarias de juguetes y ropa. Miremos con atención que, en la propaganda, los niños parecen mayores; y los chicos que modelan zapatillas y casacas lucen como adolescentes. Dos lecturas de esas fotografías, una frívola y la otra comunista (más bien caviar, aunque una frivolidad caviar sea un pleonasmo).

Empecemos con la frívola (una estrategia comunista para atraer incautos a la lucha de clases en esta lectura). Una celebridad que acababa de divorciarse declaró que la promesa nupcial de Hasta que la muerte nos separe tenía validez cuando uno moría a los 40, pero en estos tiempos vivimos el doble de años y, entonces, cómo arriesgarnos a un compromiso tan pero tan largo. La fanfarronada es cierta. No es solo que la esperanza de vida aumentó sino que ello viene aparejado a una ampliación de sus fases vitales. Hay jóvenes y hay millennials. Incluso se habla de la Cuarta Edad, una invitación a los de la Tercera para que sigan acumulando objetos inútiles y alberguen ilusión de inmortalidad.

Hace décadas, la niñez no duraba nada. Y en los 60, en la Lima clasemediera, casi no existían adolescentes. Pasamos de los mocasines y unas horrendas medias a la rodilla llamadas Mary Poppins a los tacos siete y las medias nylon. Y si a los 25 no te habías casado, eras vista con conmiseración. Como ahora uno vive más, la juventud no quiere abandonar ni la adolescencia ni la casa de sus padres. Los treintañeros de hoy –que tiempo atrás estarían casados y con críos– andan en permanente celebración de su soltería. Las jóvenes enfocadas en sus carreras y posgrados piensan en congelar sus óvulos, por si se les antoja un hijo más adelante. La vida se alarga y la tecnología avanza, abriendo no solo abanicos, sino caleidoscopios de oportunidades.

Pasemos a la lectura comunista. Un infalible indicador para medir el desarrollo de un país es la esperanza de vida de sus habitantes. Cuando mayor es esta, es porque la población ha tenido acceso a agua y saneamiento, alimentación saludable, prevención y atención en salud, infancia protegida. La CEPAL calcula que la expectativa de vida en Perú es 75 años. Pero en un país corroído por la desigualdad, los promedios nacionales alimentan la autocomplacencia. Una proyección del INEI colocaba en 79 años la esperanza de vida en Lima, en Huancavelica 63, y en Puno y Cuzco 66 años. Entre la capital y su región más pobre, una vida de dieciséis años las separa.Perú ostenta el primer lugar en Sudamérica con el mayor porcentaje de población infantil que trabaja, según la OIT. Supera el millón de adolescentes y niños desde los cinco años en el agro, el comercio ambulatorio, el trabajo doméstico; ellos repiten más el año escolar que quienes no trabajan. Un futuro que se frustra. Entre las jóvenes profesionales que retrasan su maternidad y las 2,339 niñas entre los 11 y 14 años que en el 2018 ya eran madres, hay otro abismo. Uno que se ensancha por la pobreza, la precariedad y la violencia. En el primer semestre de este año, los Centros de Emergencia Mujer registraron 2,151 casos de violación sexual en menores de 17 años. Vidas destrozadas. Nada que celebrar en el Día del Niño.

Maruja Barrig. Autor de contenidos y de las últimas noticias del diario La República. Experiencia como redactor en varias temáticas y secciones sobre noticias de hoy en Perú y el mundo.