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Sociedad

Tía María: ¿oportunidad histórica?

Opinión | Hay que revisar todas las normas que existen, sin prisas y sin tabúes... y sobre todo teniendo presente que todos los conflictos ocultan tras cortinas de distracción las deficiencias del actual modelo económico.

columna cesar caro
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César Caro / Columnista de Máscaras de Gatopardo

En la historia de los seres humanos, tanto a nivel personal como colectivo, se presentan coyunturas irrepetibles, las cuales debemos aprovechar al máximo, haciendo caso a Ortega y Gasset, cuando recalca que “Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo”.

Pues bien, Tía María nos debe obligar a repensar varios aspectos ligados no solo a la posibilidad de su explotación, sino a la problemática de la minería a lo largo y ancho del Perú, porque el modelo actual está en crisis. Hay que revisar todas las normas que existen, sin prisas y sin tabúes... y sobre todo teniendo presente que todos los conflictos ocultan tras cortinas de distracción las deficiencias del actual modelo económico, que con la tecnología se están comiendo los puestos de trabajo, haciendo más agudo el axioma ¡a menos trabajo, más delincuencia!

Y en ese discurrir, debemos dejar de lado los apasionamientos, intereses y mentiras de uno y otro lado, como también la utilización del insulto o el agravio para rebatir o descalificar o ridiculizar al contrario, que es el procedimiento que se utiliza tanto desde las cúpulas del poder económico y político, como también por parte de algunos representantes de la sociedad civil. ¡Aquí no se trata de promineros o antimineros! ¡Aquí se trata de cómo lograr que el gobierno central, con la excusa de los apuros fiscales, no haga la vista gorda respecto a posibles daños ambientales, aparte de otros aspectos tributarios! ¡Aquí se trata de impedir que se repitan los errores que vivió el Perú durante los años de la bonanza del caucho, el guano y el salitre! ¡Aquí se trata de revisar, entre otros aspectos, los tiempos de concesión o propiedad de los proyectos mineros, el reparto de las ganancias y la utilización y protección de los recursos hídricos!

Hay que aprovechar la oportunidad histórica que se ha presentado y dialogar sin egoísmo, sin soberbia y con respeto, lo que implica que ni Lima ni las empresas pueden dejar de lado los derechos de los pueblos, al margen de su tamaño y ubicación; que no pueden “pechar” con licencias sin apoyo social, que lo único que logran es enardecer las pasiones, a costa de la razón.

Y para finalizar, insisto: cuándo Southern precisará si explotará o no más adelante los sulfuros primarios y secundarios, que son la pulpa tanto de Tía María como de La Tapada.

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