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Sociedad

Hermana del ‘Cholo Jacinto’ integraba red criminal que invadía terrenos del Estado

‘Los Chacales’. Banda era liderada por exconvicta Carmen Olivares y su hijo Edward. Operaban en Ventanilla y crearon asociaciones de viviendas para vender terrenos en S/ 20 mil.

detenida. Eudosia Aucayari Bellido (a) 'Angélica', integrante de la red criminal de usurpadores.
detenida. Eudosia Aucayari Bellido (a) 'Angélica', integrante de la red criminal de usurpadores.

Por: Óscar Chumpitaz C.

Sembraban el terror e imponían su dominio a fuerza de disparos, amenazas de muerte y usurpaciones. Así, la organización criminal ‘Los Chacales de Ventanilla’ se apropió de terrenos privados y del Estado en el Callao. Ayer, finalmente, fueron atrapados por la Policía.

Dieciocho de sus integrantes fueron capturados. Una de las detenidas es Eudosia Aucayari Bellido (a) ‘Angélica', hermana del extinto Jacinto Aucayari Bellido, cabecilla de la banda ‘Los Injertos del Fundo Oquendo’.

Los Chacales de Ventanilla’ eran encabezados por Carmen Olivares Ortega (54) y su hijo Edward Zarabia Olivares (37).

De acuerdo con las indagaciones realizadas por la División de Investigación de Alta Complejidad (Diviac), las usurpaciones eran cometidas desde el 2016 en la zona del Proyecto Parque Porcino, en Ventanilla.

La banda conocía los vacíos legales relacionados con títulos de propiedad y, sobre todo, contaban con nexos en el Gobierno Regional del Callao, en la Municipalidad de Ventanilla y en el Ministerio Público.

Así operaban

Según la Diviac, esta red tenía como asesor legal a Roody Ramírez y como falsificadores a Raúl Tello y Jorge Román. Además contaban con un ‘brazo armado’, integrado por Amilcar Alvarado, Antonio Meneses, Rogelio Manones e Iván Vargas.

En tanto, los usurpadores eran Sandra Celi, Benigno Aycho, Sixto Almanza, Darío Bernardo, Sissy Moras, Miriam Almanza, Liz Almanza, Erika Espinoza y Eudosia Aucayari.

A esta banda le daba igual usurpar una propiedad privada o del Estado. Fingían ser directivos de diferentes asociaciones de vivienda y asentamientos que ellos mismos creaban.

Obtenían constancias que ‘acreditaban’ la titularidad de las propiedades. Así crearon asociaciones de vivienda o asentamientos humanos y finalmente procedían a la venta de terrenos a precios que oscilaban entre los 5 mil y 20 mil soles.

“Tu cabeza tiene precio, te vas o mueres”. Esta fue la advertencia que recibió Manuel Chávez Vera, encargado de la bomba de agua que abastece a la población del Parque Porcino.

Su caso fue el que inició esta investigación, el 26 de enero.

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