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Sociedad

La lucha contra las drogas en el Perú

Se ha encargado a Devida la conducción de la Estrategia Vraem 2021 para generar oportunidades de desarrollo sostenible.

Rubén Vargas Céspedes
Rubén Vargas Céspedes

Escribe: Rubén Vargas Céspedes, presidente ejecutivo de Devida

Desde que recibimos el encargo de presidir Devida, hemos conversado con líderes de pueblos indígenas preocupados por la presencia del narcotráfico en sus territorios. Hemos visitado a organizaciones de productores que buscan la rentabilidad y el acceso de sus productos agrícolas a los mercados. También dialogamos con dirigentes sociales –incluyendo a los gremios cocaleros– involucrados en una agenda de desarrollo de sus comunidades. Asimismo, con autoridades políticas decididas a mejorar la calidad de vida de las localidades afectadas por el tráfico ilícito y el consumo de drogas.

El compromiso del gobierno peruano frente al problema de las drogas abarca cuatro prioridades. En primer lugar, la consolidación socioeconómica del Alto Huallaga, zona que, luego de años de esfuerzo, dejó de ser el epicentro del narcotráfico en el Perú. Para tal fin, Devida trabaja con las autoridades locales en un Plan de Desarrollo Económico del Alto Huallaga para dinamizar las inversiones, y así evitar el regreso de cualquier amenaza que ponga en peligro la paz lograda.

La segunda prioridad corresponde al Vraem. Al ser la principal zona de producción de cocaína en el país, el gobierno ha redoblado esfuerzos en materia de seguridad a través de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas. En paralelo, ha encargado a Devida la conducción de la Estrategia Vraem 2021 para generar oportunidades de desarrollo sostenible y gobernable en sus localidades. En ese marco, se está apoyando a 2.400 familias de agricultores del norte, centro y sur del valle con equipamiento para impulsar la productividad del café, cacao y productos acuícolas. Esta labor presta especial atención a los pueblos indígenas en la zona norte del Vraem, a fin de evitar la expansión del narcotráfico en sus territorios. Asimismo, se han priorizando más de mil millones de soles de los sectores del Estado en proyectos de inversión pública y el cierre de brechas sociales.

Una tercera prioridad consiste en reforzar el control de los insumos químicos y de la producción y el comercio ilícito de estupefacientes. Las fuerzas policiales y el Ministerio Público han conseguido la incautación de 35 Tm de drogas en lo que va del año. Mención especial merece el control de cultivos ilícitos, en particular aquellos que afectan áreas naturales protegidas como el Bahuaja-Sonene. Estos se encuentran lejos de los usos tradicionales que el Estado respeta y tutela, generando serias contingencias ambientales y de seguridad.

La cuarta prioridad se refiere al diseño de medidas enfocadas en la prevención y el tratamiento del consumo problemático de drogas en la población escolar. Con el liderazgo de los alcaldes distritales, se implementa la estrategia Escuelas Protegidas, a fin de que los colegios sean espacios libres de drogas. Para ello se interviene el comercio ilícito de drogas y el expendio informal de alcohol en los alrededores de los centros educativos, a la par que se brinda consejería y acompañamiento a los alumnos, sus padres y docentes.

La celebración del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas sirve como oportunidad para reafirmar el objetivo de evitar que los daños ocasionados por las drogas generen una barrera para el ejercicio de los derechos y libertades de nuestros ciudadanos. Ese es el compromiso del gobierno peruano de cara al bicentenario.

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