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Salud

Los trastornos mentales como factor de riesgo que podrían influenciar en el desarrollo de la COVID-19

Durante la pandemia el estrés, la ansiedad y la depresión se han incrementado, generando respuestas en las hormonas producidas en el cerebro, las cuales influyen directamente al sistema inmunológico.

(Foto: ABC.es)
(Foto: ABC.es)

Cuando se empezó a estudiar el virus que produce la COVID-19, se tomó en cuenta los factores de riesgo en la salud física que influenciaban en el desarrollo de la infección como la diabetes, hipertensión, sobrepeso, entre otros. Sin embargo, también existen factores de riesgo en la salud mental que podrían contribuir a la evolución de la enfermedad o incluso al contagio.

Esto se debe principalmente a dos factores: la respuesta hormonal del cerebro que influencia en el estado de ánimo, lo cual descompensaría el sistema inmunológico ocasionando la reducción de las defensas, y el padecer una patología mental previa que no esté controlada y complique la práctica de conductas preventivas.

En el estudio “Influencias psicológicas en las respuestas neuroendocrina e inmune” de Lisa M. Christian y otros autores, se presentaron las evidencias respecto a lo anterior mencionado, probando que el estrés social, físico y mental repercuten en el sistema inmune.

Asimismo, se indicó la afectación de dicho sistema en tres áreas de respuesta: cicatrización de heridas, inflamación e infecciones “que incluyen respuestas a la vacunación, a la exposición a agentes infecciosos y el control de virus atenuados”.

La repercusión de la salud mental ante el contagio del coronavirus

El psiquiatra César Li Amenero del Hospital Víctor Larco Herrera, manifestó que hay una relación directa entre la salud mental y el sistema inmunológico, sobre todo en estos momentos de pandemia que nos obliga a vivir en un estrés constante.

“Lo primero que podemos decir cuando hay una situación estresante es que se va a propiciar respuestas que pueden ser emocionales, conductuales. La respuesta emocional puede expresarse como ansiedad, tristeza o inclusive irritabilidad”, sostuvo.

Por su parte el director adjunto del Hospital Victor Larco Herrera, Carlos Palacios Valdivies, señaló que la depresión es otro de los factores que impactan en la probabilidad de desarrollo de la COVID-19.

“Los cuadros depresivos acompañan a todas las respuestas del cuerpo, no solamente es una idea que está dando vueltas en la cabeza. Esto se comienza a expresar en diferentes neurotransmisores, hormonas, se alteran factores de coagulación”, destacó.

Li Amenero también precisó que se debería empezar a tomar en cuenta los factores de riesgo mentales para propiciar la evolución de la COVID-19 o el contagio de la misma. Además, opina que “sería la explicación de que muchas personas jóvenes, que no tenían factores de riesgo físicos, hayan presentado problemas”.

Neurotransmisores que influencian en el sistema inmunológico

Como se mencionó líneas arriba, ante la presencia de estrés, ansiedad o depresión, el cerebro incrementa o disminuye la producción ciertas hormonas que atañen al correcto funcionamiento del sistema inmunológico.

“Cuando hay una situación de estrés hay un incremento de cortisol, esto está ligado directamente con la activación de diferentes sistemas celulares, incluyendo las neuronas. En determinadas áreas cerebrales el cortisol va a ser dañino y esto va a limitar la funcionabilidad, eso es en el sentido mental. Lo que respecta al sistema inmunológico, va inmunosuprimiendo a la persona: aumento de cortisol, disminuyen las defensas”, expresó César Li Amenero.

A su vez, Palacios Valdivieso precisó que otros neurotransmisores que intervienen son la adrenalina, la serotonina y la dopamina. “En verdad todos los neurotransmisores están interrelacionados en algunos campos. Por ejemplo la adrenalina, soltado en un núcleo en corteza frontal, puede liberar otros neurotransmisores y puede fijarse en recuerdos malos, opresión en el pecho, latidos muy fuertes, falta de aire y sudoración”, afirmó.

Por otro lado, en el artículo “Aspectos inmunológicos en la depresión” de Carmen Navas, se precisa la importancia de tomar en cuenta el gran impacto que podrían tener los desórdenes psiquiátricos y su vínculo con la función del sistema inmunológico “dado que los procesos del sistema nervioso central (SNC) están involucrados en la regulación inmune, es lógico considerar que los trastornos del SNC, manifestados a través de las enfermedades psiquiátricas, puedan determinar el curso de las enfermedades del sistema inmunológico”.

Conductas de riesgo en una persona con patologías mentales previas

Una persona que ha sido diagnosticada previamente con alguna patología mental y no se encuentra llevando un adecuado tratamiento, puede haber empeorado su situación durante la cuarentena, lo que posibilita la práctica de conductas de riesgo frente a la COVID-19.

“Es importante el esfuerzo para mantener los tratamientos al día, si se descompensase una persona con un trastorno afectivo en una fase maníaca, es muy difícil que mantenga la distancia social. Entonces la descompensación del cuadro podría exponerlo a un mayor riesgo de contagio, cómo lo tome su cuerpo después dependerá de los otros factores de riesgo”, resaltó el director adjunto del Hospital Victor Larco Herrera.

En la misma línea, el psiquiatra César Li considera que el tener un trastorno mental “ya constituye un factor de riesgo para el coronavirus”, pues se podría agudizar los trastornos de pánico, de ansiedad, trastorno obsesivo.

“Son más vulnerables por dos motivos: porque hay un mayor estrés y porque se preocupan más por lo mental y pueden hacer un descuido de lo físico”, acotó.

En este sentido, Carlos Palacios Valdivieso aconsejó que se debe redireccionar el estrés que experimentamos por la situación actual. “El estrés nos debe impulsar a desarrollar una estrategia comunitaria para practicar conductas que nos protejan a todos”.