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El cáncer del Perú

“La democracia se hará viable en el Perú cuando los autoritarios y conservadores sean reducidos a su mínima expresión”.

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Eso es el fujimorismo. Una enfermedad grave y catastrófica. Una anormalidad maligna que, desde abril de 1992, viene perturbando la política peruana. Y lo seguirá haciendo, si no le ponemos coto. No será fácil, claro. El autoritarismo es un mal enquistado en la cabeza de muchos peruanos que fueron domeñados y seducidos a principios de los noventa, a través de sus medios de comunicación, los cuales fueron convertidos en instrumentos eficaces de desinformación, ya sea porque fueron comprados o porque se dejaron asustar. El diario La Razón, recordarán los memoriosos, fue uno de los casos más emblemáticos de la prostitución mediática y maloliente.

Steven Levitsky, profesor de Ciencia Política en la Universidad de Harvard, interrogado por Rocío La Rosa Vásquez de El Comercio, comentó que “el fujimorismo no va a desaparecer, le va a ir mucho mejor que a muchos partidos, va a terminar con representación en el Congreso, probablemente siendo una de las fuerzas más grandes en un Congreso muy fragmentado, pero 73 escaños no va a tener” (10/11/19). Pero claro. Tenderá a hacer alianzas con sus afines de Solidaridad Nacional y el Apra, si acaso llegan a mantener sus respectivas inscripciones.

Como sea. A pesar de las respetables predicciones del acucioso Levitsky, estos comicios que se avecinan son una magnífica oportunidad para intentar borrar del mapa a los impresentables. Rosa Bartra, la minimí de Martha Chávez, fue eyectada pese a su sumisión rastrera a Keiko Fujimori, y ha saltado a la barcaza del partido del controversial Mudo Castañeda. Junto a ella, han migrado una sarta de domésticos sin honor, de los que insultan, falsean y enfangan reputaciones. No debería votarse por los inimputables que tanto daño han hecho al país. Recientemente y en el pasado.

La democracia se hará viable en el Perú cuando los autoritarios y conservadores sean reducidos a su mínima expresión. Cuando los robos y crímenes que se cometen desde el poder dejen de ser tolerados por el ciudadano de a pie. Cuando las ratas sean fumigadas. Cuando tengamos libertad y legalidad e instituciones fuertes, que sean respetadas por todos. Cuando tengamos una economía de mercado de verdad, y no el mercantilismo de siempre, que tantos confunden con capitalismo.

Hay tres partidos que deberían extinguirse en estas elecciones. Hagámoslos desaparecer.

Periodista y escritor. Ha conducido y dirigido diversos programas de radio y tv. Es autor de una decena de libros, entre los que destaca Mitad monjes, mitad soldados (Planeta, 2015), en coautoría con Paola Ugaz. Columna semanal en La República, y una videocolumna diaria en el portal La Mula.