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Política

Ana Neyra: “Ante la eventualidad de que se vayan todos, la pregunta de muchos es: ¿qué viene después?”

Entrevista a la exministra de Justicia y Derechos Humanos, quien advierte que la gente más pobre sufrirá con el desabastecimiento de alimentos, lo que podría hacer que salgan a las calles a protestar.

Clamor. Neyra advierte que la gente más pobre sufrirá con el desabastecimiento de alimentos, lo que podría hacer que salgan a las calles a protestar. Foto: difusión
Clamor. Neyra advierte que la gente más pobre sufrirá con el desabastecimiento de alimentos, lo que podría hacer que salgan a las calles a protestar. Foto: difusión

—Con un Ejecutivo investigado por presunta corrupción y un Legislativo desbaratando reformas, ¿hay alguna salida a esta crisis diferente a que se vayan todos?

—Una pregunta compleja. Hay que partir de la premisa básica de reconocer que el Gobierno fue electo democráticamente, y es algo que olvidan sobre todo los que alegan el fraude no probado; y de que el Congreso también fue elegido democráticamente. Pero, pasado un año de la elección de ambos, no vemos ningún intento significativo, de ninguno, para generar medidas positivas para el país, sino todo lo contrario. Como menciona usted, en el Congreso está lo que tiene que ver con el retroceso de las reformas estructurales, llámese la reforma universitaria o quitar lo vinculado al enfoque de género del currículo educativo; y, por el lado del Gobierno, las designaciones e investigaciones de corrupción contra el presidente. En este contexto, es muy difícil pensar en salidas que no sean el fin de ambos poderes, ya que ninguno parece realmente tener un propósito de enmienda. Además, ninguno de los dos parece tener deseo de dejar el poder, y menos intentar hacerlo desde una perspectiva constitucional, que refuerce la institucionalidad y la democracia.

—¿Qué salida hay?

—Cada vez hay un mayor clamor de que todos se vayan, pero no veo mucho deseo de alguno de hacer una reforma estructural, de cambio, ni encontrar soluciones reales a la crisis. Lo que muchos sentimos, y lo reflejan las encuestas, es que hay una situación de statu quo y de imposibilidad de mejora, que, ante la eventualidad de que se vayan todos, la pregunta que muchos se hacen es: ¿qué viene después? Imaginemos que se vaca al presidente o sale de alguna manera y se adelantan las elecciones para todos: si los partidos políticos siguen con la misma estructura, lo más probable es que se reproduzcan modelos parecidos con los resultados que hemos tenido hasta ahora. Además, hay un elemento que no debe perderse de vista y es que muchas personas fuera de Lima que se sienten identificadas con la figura del presidente, si bien no creo que hagan una marcha multitudinaria para defenderlo, podrían sentir que sacarlo prematuramente del poder podría afectarlos, y no estén dispuestos a apoyar ese movimiento, sobre todo porque lo impulsan quienes los han estado oprimiendo. Pienso, por ejemplo, en lo que ha pasado con la congresista María del Carmen Alva: imagínese que por el artículo 115 hubiera asumido la Presidencia tras una vacancia, y hubiera tratado a todos como a la congresista Cortez. Da qué pensar si esos son los líderes que queremos si se va Pedro Castillo. Eso dificulta pensar en una salida a este momento político que viene atrás, pero se ha agravado en el último año.

—Parece un callejón sin salida, pues ni Castillo renunciará ni el Congreso se quiere ir...

—Y tampoco lo van a vacar. Ahora habría más elementos que en el 2020 (con Vizcarra), pero es una fuerza de votos, y el presidente se ha conseguido un poco más de 44 votos para no ser vacado. Me parece legítimo que no desee salir, pero debería hacerlo con el objetivo de luchar por los derechos de todos, especialmente de los que más necesitan, pero este Gobierno no parece estar dando señas de esto, sino de generar alianzas precarias con algunos congresistas y grupos, pero sin una reforma estructural ni medidas concretas. El tema de los fertilizantes es uno de los que más preocupa porque puede generar desabastecimiento en el país. Se acaba de caer por tercera vez el concurso para comprarlo, y no parece que el Gobierno realmente tome en cuenta el impacto que esto puede tener, sobre todo en las personas de menores recursos, que son las que van a vivir las consecuencias del desabastecimiento de alimentos al no poder pagar lo que implique adquirir productos. No siento que el Gobierno actúe con urgencia en cosas como esta, aunque, en teoría, un gobierno del pueblo debería estar preocupado por subsanar o prevenir.

—Esto se sentirá el próximo año. ¿Eso podría motivar que la gente se movilice y se logre el adelanto de elecciones?

—Hay dos cuestiones que pueden ir cambiando el escenario. Uno puede ser el desabastecimiento, que llegue a un nivel que haga muy difícil la subsistencia, pero dependerá de cómo maneje el tema el Gobierno, pues ha comenzado a dar medidas populistas como el incremento de pensiones, que no está mal en sí mismo, pero no es una solución estructural. Va a depender de cuánto sienta la gente que estos problemas son culpa del Gobierno por su inacción, pero si logra vender la narrativa de que todo depende de factores externos, podría librarse de una protesta masiva. Y lo otro que puede tener un efecto, es el avance de las investigaciones (sobre Castillo y su entorno). Si bien muchos sectores creen que hay una mala fe contra el presidente, si el círculo de las investigaciones se cierra más, como aparentemente está pasando, con su cuñada y algunas personas de su entorno, podría ser más fácil que algunos congresistas cambien su percepción y estén a favor de la vacancia, o que la gente comience a reaccionar frente a esto. Aunque será muy difícil que la calle se caliente, porque la izquierda era quien generalmente ha luchado por reivindicaciones sociales, pero hay un sector de ella que todavía siente que debe defender al presidente de los ataques, muchas veces poco inteligentes, de la derecha. Si tuviéramos una mejor oposición, más gente demócrata se sentiría más legitimada en salir a marchar, pero con personas que no tienen credenciales democráticas, uno se siente más reticente en apoyarlos.

—Castillo dice que no gusta que un chacrero esté en Palacio y por eso persiguen a su familia. ¿Hay suficientes indicios para dictar la detención preliminar de su cuñada?

—Si hay un video en el que aparece una persona ofreciendo obras del Gobierno, merece una investigación. El presidente no puede decir que eso es producto solo de la prensa o la mala Fiscalía. Investigarlo no está mal, ni es golpista.

Periodista de la sección Política del diario La República. Egresada de la universidad Jaime Bausate y Meza. Ganadora del Premio Periodismo y Derechos Humanos 2005 otorgado por la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH). Escribe crónicas, perfiles y reportajes sobre hechos políticos y la violencia interna que vivió el país.