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Política

Chriss Díaz: Elmer Cáceres Llica odiaba a Castillo porque le robó la imagen de hombre del pueblo

Consejera regional por la provincia de Camaná, Crhiss Díaz Montoya, habla de cómo fue convertirse en agente especial.

Cambios. Díaz tuvo que ganarse la confianza de los consejeros aliados al gobernador. Foto: Archivo La República
Cambios. Díaz tuvo que ganarse la confianza de los consejeros aliados al gobernador. Foto: Archivo La República

¿Usted ha dicho que un día le duró el encanto con la política?

Antes se había producido la elección del presidente del consejo regional. Los consejeros de oposición acordaron votar por José Luis Hancco. A la hora de contar los votos, Miguel Guzmán se fue con el oficialismo. Cuando le reclamé me dijo: “tienes que aprender a ser política”. Me pregunté entonces si eso era la política. Por eso en la juramentación lo hice con molestia.

¿Qué la animó a denunciar los actos de corrupción en la gestión de Elmer Cáceres Llica?

Fue una de las decisiones más difíciles que en mi vida he podido tomar, pensé en todos los contras. Concluyo que mi decisión se da a raíz del cumplimiento de mi trabajo. Mis funciones me establecían fiscalizar. Dentro de los 10 primeros meses no encontré el modo de infiltrarme y exponer los actos de corrupción, por lo que me convertí en agente especial. Ello me permitió ser parte de una organización criminal.

¿Usted no fue colaboradora eficaz, cometió delitos?

Se me acusó de ser colaboradora eficaz, es decir, aquella persona que inmersa en un acto de corrupción acusa a los demás con el objeto de reducir condena. Mi figura fue distinta. En el 2019 fui testigo protegida porque hice la denuncia anónima. Meses después, no había ningún avance por parte de la Policía y el Ministerio Público, por eso me ofrecí para ser agente especial, aquella persona que es parte de la organización criminal, se involucra en la misma para obtener información y a cambio recibe protección.

¿Cuáles fueron los momentos más difíciles de la investigación?

Primero, convertirme en agente especial e infiltrarme. Era pasar de la oposición al oficialismo, convencer al grupo de consejeros que era leal a ellos y también al ejecutivo porque era un grupo bastante cerrado. Otro momento fue cuando el caso se expuso públicamente. No tuvieron reparo para ponerme en conocimiento del operativo, no me protegieron ni facilitaron el traslado. Incluso el trabajo se pudo caer porque alguien filtró la resolución judicial a los consejeros implicados a cambio de una retribución económica.

¿Cuál es la reflexión que deja este caso para la historia de Arequipa?

Desdice mucho de los movimientos regionales y partidos políticos que aceptan como candidatos a alguien con serios cuestionamientos como los del gobernador. A pesar de todo ello, la población lo apoyó con el pretexto que es alguien del pueblo. Luego pasó todo lo de la pandemia y la gente seguía apoyándolo, en vez de darle un castigo social. Creo que hemos llegado a un punto de la normalización de la corrupción, pero tengo la esperanza que existe un grupo fuerte de personas que no lo hace y que quieren que Arequipa tenga líderes que merecen.

¿Puede construir un perfil de Elmer Cáceres Llica?

Solo le voy a dar unas ideas. Recuerdo que cuando iba a asumir el cargo nos reunimos brevemente en una cafetería, quería pedir apoyo para la elección del presidente del consejo regional. Fue muy respetuoso. Pidió que trabajáramos de la mano. Cuando está sobrio articula bien sus ideas. Tiene experiencia de gestión. También decía, que no importa lo que dice un político, sino que esté en el ojo de la gente. Se vanagloriaba de haber salido en la BBC cuando dijo que la carne de llama curaba el Covid-19. Se creía un verdadero líder, un mentor. Quería postularse a la presidencia. Había pintas. Odiaba a Castillo porque este le había robado la imagen del hombre del pueblo, me dijo que iba a votar por Keiko. A veces llegaba borracho a las ceremonias con mujeres. Era un hombre que tenía el afán de sentirse supervalorado. Es el típico personaje que se confunde cuando tiene poder económico y de decisión.

¿Usted es feminista?

Todas las mujeres que he conocido tienen una causa para volverse feministas. Siendo mujer te va a tocar una causa, ya sea de violencia familiar o violencia externa que te haga preguntar y repreguntar de la situación. A una mujer le preguntaron: ¿eres feminista?, respondió, “estaría loca si no lo fuera”. El feminismo busca la igualdad entre hombres y mujeres.

¿En su caso concreto hubo alguna causa?

Muchas causas. Cuando sucedió lo del caso (Los Hijos del Cóndor) y estuve en un momento emocional muy delicado me preguntaba: ¿realmente yo soy el problema, que todo lo que doy a conocer se me vuelve en mi contra? A muchas jóvenes nos ha tocado sufrir falta de respeto, acoso sexual y se cree que es normal, incluso se piensa que una tiene la culpa de eso, ¿Cómo es posible que nuestras pequeñas piensen que ellas son culpables de que las violen, del acoso? ¿Qué clase de sociedad tenemos, en donde se le echa la culpa a la víctima?

Editor regional del diario La República, edición sur. Licenciado en Periodismo de la Universidad Católica de Santa María de Arequipa. Trabaja para La República desde el 2003. Ha publicado libros sobre perfiles políticos regionales y literatura.