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Política

Los 5 procesos de vacancias presidenciales del Congreso en el último quinquenio

Desde Pedro Pablo Kuczynski en 2017, luego Martín Vizcarra en 2020 y ahora Pedro Castillo, la vacancia presidencial se ha convertido en el arma que utiliza el Parlamento para enfrentarse al Ejecutivo.

Vacancia presidencial. Foto: composición Fabrizio Oviedo / La República
Vacancia presidencial. Foto: composición Fabrizio Oviedo / La República

De un tiempo a esta parte, vacar al presidente de la República ha pasado de ser una figura constitucional para convertirse en una amenaza. En los últimos años, el Congreso, amparado en su facultad fiscalizadora, ha decidido castigar toda acción que, bajo ciertos criterios populistas, impopulares y unilaterales, contravenga los preceptos de las buenas costumbres.

La figura de la vacancia presidencial está vigente desde 1839 y significaba incapacidad mental”, comenta el constitucionalista Omar Cairo, “y eso porque entonces a las enfermedades mentales se les atribuía causas morales; es decir, el que estaba loco era un incapaz moral o un imposibilitado moral”. De acuerdo con esta precisión, se puede advertir que el Congreso se ha convertido en un dedo decimonónico que con la punta del índice decide quién está demente y quién no.

Además de la “exoneración del mando supremo” de José de la Riva Agüero en 1823, el golpe de Estado en contra de Guillermo Billinghurst en 1914 y el autogolpe del exdictador Alberto Fujimori en 1992, solo ha habido dos casos en la historia nacional en los que se ha vacado a un mandatario por incapacidad moral permanente.

El primero fue en el 2000, cuando Alberto Fujimori se convirtió en fugitivo y, luego de la difusión de los videos en donde su exasesor Vladimiro Montesinos sobornaba democráticamente a políticos, deportistas, bailarinas, conductores y un etcétera tan largo como la propia historia, renunció por fax al cargo de presidente de la República un 19 de noviembre. Dos días después, el Congreso decidió no aceptar la renuncia y vacarlo.

El segundo caso fue el de Martín Vizcarra, quien disolvió el Congreso el 30 de setiembre de 2019 para convocar a elecciones parlamentarias extraordinarias el 20 de enero de 2020 y ser vacado por el nuevo Legislativo el 9 de noviembre del mismo año.

Ahora, a poco más de 100 días de la toma de mando, se ha presentado en el Congreso una moción de vacancia en contra del presidente Pedro Castillo. La moción apela al “uso ilegal de fondos públicos del Gobierno Regional de Junín en la campaña electoral 2021 de Perú Libre” y a la “designación de altos funcionarios vinculados al terrorismo y acusados de apología al terrorismo”.

El primer proceso de vacancia contra Pedro Pablo Kuczynski

En diciembre de 2017, el entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK) fue criticado luego de conocerse unos documentos enviados por la constructora brasileña Odebrecht a una comisión del Congreso en donde se consignaba que en años anteriores se habían realizado pagos a las empresas First Capital y Westfield Capital. El detalle fue que Kuczynski era propietario de esta última compañía.

Con la mayoría parlamentaria en manos de Fuerza Popular en el Congreso del 2016, prosperó una solicitud para que Kuczynski renuncie al cargo. PPK no renunció y después de negarse reiteradamente, pidió esta vez por iniciativa propia reunirse con la comisión encargada del caso Lava Jato en el Perú el 22 de diciembre.

PPK

PPK

La moción de vacancia en su contra, motivada por 27 congresistas, fue admitida el 15 de diciembre con 93 votos a favor, 17 en contra y cero abstenciones. Seis días después y tras 14 horas de debate, el Parlamento rechazó la medida con 79 votos a favor, 19 en contra y 21 abstenciones. Para que procediera se necesitaban dos tercios del total de 130 legisladores, pero no alcanzaron los 87 votos.

Segundo proceso de vacancia contra PPK y renuncia

Con los disidentes naranjas convertidos en ´Avengers´, Kuczynski pudo mantenerse en el cargo por tres meses más, pero su Gobierno estaba debilitado. El 8 de marzo de 2018 prosperó la iniciativa de las bancadas de izquierda Frente Amplio y Nuevo Perú para vacar al presidente. Lejos de apelar al ‘terruqueo’, Fuerza Popular firmó la iniciativa que se aprobó el 18 del mismo mes. La justificación recayó sobre nuevas evidencias del caso Odebrecht.

Dos días antes del debate, se destaparon unos videos en donde Bienvenido Ramírez y Guillermo Bocángel, congresistas de la bancada del líder de los ´Avengers´, Kenji Fujimori, trataban de convencer al parlamentario de Fuerza Popular Moisés Mamani para comprar su voto, y se vio involucrado incluso el entonces ministro de Transportes y Comunicaciones, Bruno Giuffra.

Los 5 procesos de vacancias presidenciales del Congreso en el último quinquenio

Los 5 procesos de vacancias presidenciales del Congreso en el último quinquenio

Pienso que lo mejor para el país es que yo renuncie a la presidencia de la República. No quiero ser un escollo para que nuestra nación encuentre la senda de la unidad y la armonía que tanto se necesita y que a mí me negaron. No quiero que la patria ni mi familia sigan sufriendo con la incertidumbre de los últimos tiempos”, escribió PPK el 21 de marzo en su carta de renuncia, la cual fue aceptada al día siguiente por el Congreso, y se cedió el cargo de jefe de Estado a Martín Vizcarra.

Primer intento de vacancia contra Martín Vizcarra

Martín Vizcarra procedió a disolver constitucionalmente el Congreso el 30 de septiembre de 2019, luego de negarle dos veces la confianza a su gabinete ministerial. En un rebelde intento por llevar la realidad hacia los márgenes de la ficción, el Parlamento destituido decidió vacar al mandatario y tomar el juramento de Mercedes Aráoz como ‘presidenta en funciones’. Esto no se procedió. De hecho, solo los miembros de la Comisión Permanente cumplieron funciones hasta que se convocaron a nuevas elecciones congresales en enero de 2020.

En mayo de 2020, un programa de espectáculos reveló que el cantante Richard Cisneros había registrado varios contratos con el Ministerio de Cultura por una suma de 175.400 soles, incluidos 30.000 soles por charlas motivacionales durante el estado de emergencia. En respuesta, la ministra de Cultura, Sonia Guillén, puso su cargo a disposición y advirtió que la responsabilidad administrativa recaía en la Secretaría General del Mincul.

Martín Vizcarra

El presidente Martín Vizcarra aseguró que fiscales acudieron en 13 oportunidades a Palacio de Gobierno a recabar información. Foto: Presidencia

En junio, tras conocerse de las reuniones entre Richard Cisneros con la asistente del presidente, Karem Roca, y otra con la secretaria general Mirian Morales, el Ministerio Público decidió abrir una investigación por presuntas irregularidades en las contrataciones.

Tan pronto como Richard Cisneros se convirtió en Richard ´Swing´, el Congreso aprobó el 11 de setiembre la moción de vacancia en contra de Martín Vizcarra por presuntamente “haber faltado a la verdad y obstruido las investigaciones en sede congresal y penal”. El 18 del mismo mes, tras escuchar la defensa de Vizcarra en manos de su abogado Roberto Pereira Chumbe, la votación obtuvo como resultado 32 votos a favor, 78 en contra y 15 abstenciones.

Vacancia contra Martín Vizcarra y toma de mando de Manuel Merino

Tras haber negado en reiteradas ocasiones que conocía a Richard ´Swing´, la bancada de Unión por el Perú planteó una nueva moción de vacancia contra Vizcarra por unos presuntos actos de corrupción cuando fue gobernador regional de Moquegua. Un aspirante a colaborador eficaz había asegurado que la empresa Obrainsa le pagó 1 millón de soles y otros tres indicaron que también habría recibió 1,3 millones de soles de parte del consorcio Ingenieros Civiles y Contratistas Generales S.A. (ICCGSA).

El 2 de noviembre se admitió la moción de vacancia, amparada en el argumento de que Vizcarra “de manera reiterada y permanente ha faltado a la verdad al país, lo cual vulnera los principios y derechos constitucionales de lucha contra la corrupción, derecho a la verdad, buena administración y justicia presupuestaria”.

Martín Vizcarra

Vizcarra postula al Congreso con el partido Somos Perú. Foto: composición/La República

El 9 de noviembre se presentó Martín Vizcarra en el Congreso y argumentó en su defensa que 68 de los entonces congresistas tenían procesos abiertos; por tanto, preguntó si, en consecuencia con sus razonamientos, estarían aquellos dispuestos a dejar sus cargos. La interrogante alimentó las pifias, porque parece que, de acuerdo con la lógica congresal imperante en el 2020, los procesos abiertos para los miembros del Legislativo apelan a una locura más digna y que, en contraposición, la infame locura de Vizcarra era la única merecedora de condena. Dicho argumento, aunque cuestionable, se vio reflejado en la votación y fue vacado con una mayoría abrumadora: 105 votos a favor, 19 en contra y cuatro abstenciones.

Lo que disfrazó la vacancia fue un golpe de Estado y en los días posteriores se lo hicieron saber al Congreso cuantiosos grupos de manifestantes en todo el país. La muerte de Inti Sotelo y Bryan Pintado, y las decenas de heridos en manos de la feroz represión policial, contribuyó a que el entonces presidente de facto, Manuel Merino de Lama, renunciara al cargo en el que se mantuvo por solo seis días. Luego, Francisco Sagasti juró como primer mandatario y le dio al Perú un abrazo “emocionado, ¡qué más da! Emocionado, emocionado”.

Moción de vacancia contra Pedro Castillo

Pedro Castillo Terrones asumió la presidencia del Perú el 28 de julio de este año, luego de una campaña política considerada como la más racista de nuestra historia. El docente se impuso ante Keiko Fujimori por un escaso margen, lo que, de acuerdo con la politóloga Marylia Cruz, “anticipaba un Gobierno difícil”.

Entre tanto deslinde se desbarrancó el primer gabinete ministerial de Guido Bellido y Mirtha Vásquez asumió la titularidad de la PCM. Aquello que en un principio pareció ser visto con buenos ojos se revirtió de inmediato y por poco no le otorgan la investidura. Sucedió que a una parte de la bancada de Perú Libre no le agradó la designación y procedió con el ‘caviareo’, que es para la izquierda lo que el ‘terruqueo’ es a la derecha. Puro razonamiento verbal.

Pedro Castillo, Patricia Chirinos, Congreso. Foto: composición de Fabrizio Oviedo / La República

Pedro Castillo, Patricia Chirinos, Congreso. Foto: composición de Fabrizio Oviedo / La República

Lo que pareció una pataleta inofensiva de la congresista Patricia Chirinos, de Avanza País, se convirtió en la amenaza más grave de aquello que el excandidato presidencial Yonhy Lescano bautizó como “un monstruo de tres cabezas que perdió y pretende tomar el poder para fines subalternos”. A la iniciativa de Chirinos se sumaron otros integrantes de su bancada y de las de Fuerza Popular y Renovación Popular.

La fórmula que presentaron como motivo principal para considerar a Castillo Terrones como incapaz permanente fue la “designación de altos funcionarios vinculados al terrorismo y acusados de apología al terrorismo”.

Las consecuencias de la vacancia presidencial

Una vez planteado el estado de la cuestión, nos queda una pregunta en el tintero: ¿Y ahora qué? Estamos de acuerdo en que responder a tal pregunta requeriría, además de sensatez, capacidades proféticas. Pero sí podemos concluir en que una vacancia presidencial no haría otra cosa que generar mayor inestabilidad política.

La politóloga Marylia Cruz señala que “la vacancia no debe pertenecer al debate diario, sino debe ser algo excepcional. No debe ser parte del juego político de amenaza porque desestabiliza a nuestra democracia representativa”. En esa misma línea, el constitucionalista Omar Cairo argumenta que “la moción de vacancia presidencial no tiene ningún sentido. Se está haciendo con la intención de sancionar al presidente, pero para esto está el juicio político”.

En cuanto a las consecuencias, Cruz es tajante: “Le haríamos un daño grande al país si por tercera vez se realiza un proceso de vacancia”. Y en caso se llegase a dar, “lo único que podría hacerse para revertirla sería promover un proceso competencial para que el Tribunal Constitucional la desestime y la declare nula”, asegura Cairo.

En cualquier caso, la historia política del Perú está repleta de contradicciones y configura uno de los tantos ejemplos en los que la realidad supera largamente a la ficción.