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Política

Vraem: sargento caído en combate empezó como voluntario

Honor y gloria. Cristian Gómez después de cumplir el servicio militar voluntario, con solo 20 años, se reenganchó como comando especializado en armas.

La historia del sargento del Ejército Cristian Gómez Bernaldo es la misma que la de miles de jóvenes del interior del país que buscan la consagración de sus expectativas en las filas del instituto castrense. Apenas a los 17 años, Gómez se presentó al servicio militar voluntario y, luego de adiestrarse exitosamente y de especializarse en el manejo de armas, alcanzó el grado de sargento. Por eso, cuando en 2017 solicitó reengancharse, fue aceptado con entusiasmo para unirse a las fuerzas que combaten a la banda narcoterrorista de Víctor Quispe Palomino, en el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem). Cristian Gómez cayó el lunes en combate, en un enfrentamiento en que fueron liquidados cuatro delincuentes, entre ellos el cabecilla “Cirilo”, lo que representó un demoledor golpe a la organización de Quispe.

El sargento Cristian Gómez era de un origen muy humilde, pero debido a su determinación, a su voluntad de aprendizaje y profesionalismo, emprendió la carrera militar con el objetivo de graduarse en la Escuela Técnica del Ejército, en la especialidad de Fuerzas Especiales. Muchos de los jóvenes que ahora mismo luchan en el Vraem contra los sobrevivientes de lo que fue la agrupación terrorista Sendero Luminoso, y que ahora se dedican a la extorsión y al narcotráfico, provienen de las profundidades de nuestro país, como Cristian Gómez Bernaldo. Su nombre de batalla era “Arenita”.

La última ruta

Nacido en el distrito de Tápuc, en la provincia de Daniel Alcides Carrión, en el departamento de Pasco, el 17 de abril de 1997, Cristian Gómez desde niño manifestó admiración e inclinación por la actividad militar. Cursó la primaria y la secundaria en el centro poblado de Michivilca, en el corazón de los Andes centrales. Concluido el periodo escolar, en 2015 informó a sus padres, Luis Gómez Chuquillanqui e Irma Bernaldo Rufiner, que haría el servicio militar voluntario para forjarse una carrera. Es así que el Ejército lo destinó al batallón de comandos “Comandante Espinar” N° 19, que a su vez forma parte de Primera Brigada de las Fuerzas Especiales.

Durante dos años, cumplió numerosas misiones y se especializó en el manejo de armamento. Por lo que el primero de febrero del 2017, solicitó el reenganche como especialista. Fue designado a la Compañía Especial de Comandos “Lince” N° 2, con sede en Pichari, emplazada en la provincia de La Convención, en el Cusco. Al sargento Cristian Gómez le atraía el combate ,y justamente estaba en el escenario del conflicto con la banda de Víctor Quispe Palomino, que desde 1999 se oculta en los inextricables parajes del Vraem.

Por eso, con solo 20 años, Cristian Gómez llegó a especializarse como tirador de armas colectivas. Es decir, era ducho en el manejo de la potente FN Scar 5.56 L y de la poderosa ametralladora MAG. Su lema de comando era: “Ser y no parecer”.

“Cristian Gómez era un muchacho humilde, respetuoso, disciplinado y tenía mucho amor por su patria. Cada vez que salíamos a patrullar al Vraem, antes de subir al helicóptero, nos alentaba con valor y fuerza: ‘¡Vamos, carajo!, ‘¡vamos, mierda!, ¡vamos comando! ¡Hay que meterle fibra!”, eran sus frases de siempre”, relató un compañero de la compañía de comando Lince.

En la quincena de agosto, las fuerzas combinadas del Ejército y de la Policía Nacional recibieron informes de inteligencia que alertaban de la presencia de una columna dirigida por el temible narcoterrorista “Cirilo”, por la jurisdicción del distrito de Anchihuay, en la provincia ayacuchana de La Mar. Varias patrullas salieron en busca de los delincuentes, en una de las cuales fue asignado el sargento Cristian Gómez Bernaldo, muy apreciado por su destreza y experiencia.

“El comando Cristian Gómez era siempre el cuarto o séptimo hombre en cada patrulla que operaba en busca de los narcoterroristas. Desgraciadamente, le dispararon indiscriminadamente junto al suboficial PNP Emerson Ruíz Flores, en la mañana del lunes 24 de agosto, camino a la carretera de Irán, distrito de Anchihuay. Hemos perdido a un gran comando, hemos ganado a un héroe”, afirmó otro compañero de combate.

Los hilos del narcotráfico en el Vraem

Un día antes de la Operación Dalila 2020, dos patrullas del Batallón Contrasubversivo N° 43, que desplegaban trabajo de control territorial, interceptaron una camioneta cuyos ocupantes, en lugar de acatar la orden de alto, respondieron con disparos.

En la camioneta, los efectivos encontraron el cadáver de uno de los atacantes, tres fusiles FAL calibre 7.62, pertrechos militares y 70 kilos de droga perfectamente acondicionada como “ladrillos”.

El hecho se registró a las 4 de la tarde del domingo 23 de agosto, en el centro poblado Chachaspata, distrito de Pucacolpa, provincia de Huanta, Ayacucho, en el ámbito del Vraem. Un día antes de la Operación Dalila 2020.

El narcotráfico sigue siendo la principal fuente de financiamiento del grupo terrorista que dirige Víctor Quispe Palomino. Además de cobrar “cupos” a los narcotraficantes del Vraem, también se dedican a la producción de droga.

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Cursó estudios en la Universidad Jaime Bausate y Meza. Trabajó en los diarios La Voz, El Nacional y El Popular. Integrante de la Unidad de Investigación del diario La República. Es una de las ganadoras del “Gran Premio Nacional de Periodismo” 2014, organizado por el Instituto de Prensa y Sociedad y la Pontificia Universidad Católica del Perú.