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“Nunca vamos a tener los números perfectos y exactos, en ninguna pandemia en realidad”

Patricia García. Médico Cirujano por la Universidad Peruana Cayetano Heredia. Magíster en Salud Pública, mención en epidemiologia, University of Washington-Seattle, EE.UU. Doctorado en Medicina por la Universidad Cayetano Heredia.

Patricia García, exministra de Salud. Foto: La República.
Patricia García, exministra de Salud. Foto: La República.

La exministra de Salud, Patricia García, responde en la siguiente entrevista sobre el manejo de la información que está teniendo el gobierno en la actual crisis por la pandemia. Sostiene que se puede ver avances, aunque, añade, existe un amplio margen de mejora. “Yo creo que se está avanzando”, dice.

¿Es correcta la manera en la que el gobierno maneja la información sobre la pandemia?

Yo creo que ahora que se ha unido este grupo de expertos externos, las cosas se están haciendo mejor. Nunca vamos a tener los números perfectos y exactos, en ninguna pandemia en realidad. Lo que se termina mirando es la punta del iceberg, los casos sintomáticos. Lo que hay son estimaciones. Mira este rango: por cada paciente con síntomas, puede haber entre 5 y 10 y hasta 100 infectados. Es decir, ese rango de incertidumbre…

Es muy amplio.

Y al ser muy amplio, preguntarnos cuánta gente hay infectada en el país termina siendo irrelevante, entre comillas, y lo que sí se vuelve relevante son las tendencias, las curvas y el cambio de sus pendientes. Lo que diría es que se está haciendo el mejor trabajo que se puede hacer. Por ejemplo, ahora se está yendo a buscar los certificados de defunción para ver qué porcentaje de subregistro podría tenerse en el caso de fallecidos. Yo creo que se está avanzando.

Aunque, insisto, hay críticas. Por ejemplo, con la manera en que es entregada la información.

Hay gente que critica por qué se mezclan las pruebas moleculares con las rápidas, pero nada es perfecto. Los números nos dan una idea, pero lo importante es la tendencia.

Pero los números nos ayudan a construir esas tendencias.

Sí, de acuerdo. Sé que se están mirando los datos de distintas formas y me parece interesante que las decisiones se traten de tomar basadas en evidencia.

¿No hay algo que se debería hacer mejor?

Si bien es cierto ha ido mejorando el portal del Covid, debería haber un poco más de apertura con la información porque, también, otros profesionales podrían aportar y analizar. Siempre ha sido muy difícil que el Estado suelte data. El tema es que se necesita tener toda la data que se pueda, teniendo en cuenta que más que los números absolutos, lo importante son las tendencias, porque debe haber subregistro.

El presidente Vizcarra presentó la semana unas curvas de hospitalizados, contagios, decesos, y dijo que ya se empezaba a notar cierta mejora. ¿Está de acuerdo con esa apreciación? ¿Se percibe el inicio de un aplanamiento, inicial aunque sea?

Una cosa que debo admirar es que el presidente Vizcarra está muy involucrado en entender los números y en tratar de ser lo más didáctico con la gente. Lo que creo es que hay un factor que puede cambiar la apreciación de lo que se ve en esas curvas, en la de hospitalizados, sobre todo: el hecho de que tenemos un número limitado de camas. Dicho de otro modo, si el personal empieza a distribuir con más cuidado las camas, porque quedan menos, eso no significa que estamos bajando el número de personas que requieren de hospitalización.

Entiendo, el problema es que no podemos hospitalizar a todas.

Exacto. Por eso, en el tema de hospitalización no solo se debe ver números sino sincerar qué va ocurriendo en cada lugar, que es algo mucho más complejo. Nuestro gran problema como país es nuestra capacidad hospitalaria. Por eso, si me pregunta si se puede hablar de un aplanamiento, creo que los números siguen subiendo, por lo que escucho y hablo con otros colegas. Debemos seguir viendo. Ahora, hay un problema adicional: estamos llegando a la época de las infecciones respiratorias virales.

Es decir, habrá más carga hospitalaria.

Habrá doble carga. Es más, ya se está comenzando a ver casos de influenza que pueden ser parecidísimo al Covid y tan letales con el Covid.

Si hay poca capacidad hospitalaria, ¿qué se puede hacer para mejorar la atención?

Algo clave es que se tenga indicadores de los tiempos de respuesta. Se ha empezado a ver, desde el momento del testeo, cuánto se demoró el paciente en reconocer sus síntomas, cuánto demoró en avisar, cuánto demoró en llegar la prueba. Y lo otro es que se necesita un monitoreo de las personas. Estamos viendo que hay algunos que mueren en sus casas, o que llegan tan enfermos que ya es poco lo que puede hacerse. Lo que hay que entender además, Enrique, es que esta enfermedad presenta un curso violento en algunos casos. Por eso, dicho todo esto, más que centrarnos en las pruebas, necesitamos centrarnos en la persona: dónde está, cómo está, qué condiciones de vida tiene, cómo la puedo monitorear. Eso tiene Alemania: personas y sistemas organizados.

La comparación con Alemania es un poco cruel, ¿no?

Es una comparación para aprender.

Las experiencias de pandemias anteriores, ¿qué dejan en claro?

Según estudios sobre la influenza del 2018, en aquellos estados de Estados Unidos en donde realmente se vio un aplanamiento de los números por dos semanas, hubo menor riesgo de segundas olas luego de levantada la cuarentena. Los que se adelantaron, tuvieron problemas serios.

En resumen, solo podría levantarse la cuarentena si la curva está aplanada.

Si la curva muestra que no está aumentando el número de casos nuevos por un par de semanas. En realidad, eran tres condiciones. Primera, la que ya mencioné. Segunda, si tenías un excelente sistema de detección de casos. Y tercera, si tenías un sistema no saturado que pudiera manejar la demanda.

¿Y cómo vamos por acá?

Si te das cuenta, en este momento, Dios mío, no tenemos ninguna de esas tres cosas.

¿Cuándo se podría llegar al famoso pico, del que todos hablan siempre? ¿Se puede saber?

Es difícil porque, de acuerdo a las diferentes previsiones, se mueve un poquito más allá, ¿no?

Sí, como que se va corriendo la fecha.

Es que todo depende de cómo se va moviendo. Hacia el final de la semana tenemos que mirar. Estimo, como ocurre en otros países, que se darán cuenta de que se tendrá que seguir (la cuarentena) un par de semanas en mayo. En realidad, no hablaría de levantamiento de cuarentena. Es una palabra muy grande esa. Se podría tener, sí, cierta flexibilización. Es contraproducente, por ejemplo, que la gente tenga un tiempo tan corto para ir al mercado. O se podría pensar en que algunas actividades económicas sean retomadas, con ciertas medidas. No sé si eso es levantar una cuarentena, porque, en la mente de las personas, que te digan “se acabó” es ir a abrazar a todo el mundo. Bueno, señores, esperen ese momento para el próximo año. Este año, así nos digan “se levanta la cuarentena”, no abracen a nadie, por favor.

Usted fue ministra de salud. Con esta pandemia se ha empezado a hablar de la necesidad de invertir en el sector, de universalizarlo…

Y de descentralizarlo, que es la otra cosa.

De acuerdo. Ahora, usted, como exfuncionaria de alto nivel, ¿considera que cabe una crítica también para quienes ocuparon cargos de decisión por las condiciones del sistema?

Mira, uno de los problemas del país es el alto recambio de los funcionarios. Desde el 2016 a la fecha son cuatro años perdidos para lo que pudo haber sido la mejora del sistema de salud y su desarrollo. Y eso ha pasado por décadas y décadas. No le echaría la culpa a uno u otro. Ojalá que esto permita ver nuestras necesidades. Cuando fui ministra uno de los grandes temas era que se necesitaba un sistema único.

¿Se hizo algo?

Se comenzó a discutir, había planes, pero es muy difícil porque hay una serie de intereses alrededor, no se entiende la lógica. ¿Y qué pasó? Hubo cambios. Con seis o siete ministros en este periodo, ¿crees que puede haber continuidad? Más que echarle la culpa a una u otra persona, llamaría a la reflexión, porque esta no será la última pandemia. Si bien hemos tomado acciones de manera temprana, si bien no estamos como España, Italia o Estados Unidos, tenemos un riesgo altísimo porque el sistema de salud no funciona. Todos nuestros recursos están con el Covid. ¿Y alguien se ha preguntado qué pasa con los pacientes crónicos, hipertensos, diabéticos, con cáncer? Lo que se debe hacer es rediseñar el sistema nacional de salud. Y espero que en el nuevo gobierno que entre, estas prioridades no se olviden.

Por eso le preguntaba, porque quienes en su momento tuvieron que rediseñar ese sistema, no lo hicieron.

Me preguntarás, ¿y quiénes fueron? ¿Hablamos de veinte años atrás, de quince años atrás? Cuando entré, una de mis premisas era que se necesitaba un nuevo sistema, empezando por integrar el sistema de información. ¿Y qué pasó? No hubo tiempo. Para mucha gente, no existe el tiempo. A pesar de que se hacen planes, no se continúan. Estamos pagando en estos momentos por todas esas debilidades.

E irresponsabilidades, también, ¿no?

Sí, bueno. Siempre es más fácil criticar a este nivel…

Sí claro. Lo admito. Es más fácil. Dicho esto, mi última pregunta: ¿Qué se puede decir de un país con crecimiento continuo y con un sistema de salud así?

Bueno, es que acá se han hecho inversiones millonarias en establecimientos de salud y por corrupción se han quedado ahí. Lo del hospital de Tumbes es un escándalo. Era espectacular, pero está mal construido, hundido. El problema ha sido corrupción y todos nuestros sistemas absurdos, burocráticos y perseguidores que solo crean espacios para más corrupción. Por eso, otro elemento que debe ser rediseñado es todo el sistema de investigación y detección de corrupción, que lo único que ha logrado es que los buenos funcionarios entren en parálisis por el temor de que los culpen a ellos, mientras que los que no son buenos sí se mueven perfectamente en la maraña. La corrupción en salud deber ser abordada, pero no como se hace en este momento, que de repente aparece la Contraloría y dice “lo han hecho mal, han comprado mal”, porque a alguien se le ocurre. Eso no ayuda, esa no es la forma de trabajar.

Profesión; periodista. Doctor por la Universidad de Salamanca (Instituto de Iberoamérica).