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Política

¿Nuevo tablero político peruano?

“Quienes pueden crecer son los liderazgos derechistas que se han dedicado estos años a promover la mano dura, la rapidez, la eficacia”.

¿Nuevo tablero político peruano?
¿Nuevo tablero político peruano?

Sin lugar a dudas la crisis mundial provocada por el coronavirus va a producir un impacto político global. Ya hay quienes auguran que tendrá como su mayor víctima al liberalismo (para Zizek el Covid-19 es un golpe a lo Kill Bill contra el sistema).

La inquietud pertinente es si en el Perú puede cambiar la narrativa ideológica predominante de las últimas décadas. No es fácil inferir si esta crisis abonará a favor de opciones de determinado sesgo ideológico en el corto plazo. Aterrizando en nuestros lares, se asoma como improbable el escenario de un giro ideológico radical, particularmente hacia la izquierda. La izquierda no es, en estos momentos, protagonista activa ni crítica. Nada hace pensar que las estadísticas médicas crecientes se vayan a traducir en votos de acá a unos meses, cuando se lleven a cabo las elecciones presidenciales.

Después de todo, los países a los que mejor les ha ido en esta coyuntura son todos ellos ultracapitalistas, como China, Corea del Sur, Singapur o la propia Europa de mayores Estados de bienestar. Queda claro, no obstante, que el capitalismo mercantilista que acá sufrimos en la mayoría de sectores económicos, ese sí debería morir. Ese formato capitalista ha permitido que se reconstruyan Estados cuasi feudales a lo largo del mundo: débiles y solo muy funcionales para concentrar rentas entre los más poderosos. Ese modelo ya es insostenible.

En lo que probablemente sí habrá un cambio notable será en los referentes políticos bajo los cuales nos hemos movido. Crecerá una simpatía hacia esquemas autoritarios, de vigilancia extrema, de control social colectivo (baste anotar el creciente prestigio de una fórmula históricamente autoritaria, como es la yunta médico policial, a la que habrá que sumar pronto cierto activismo ecológico).

Pero aún si ello se tradujese en narrativas políticas, más fácil le será a la derecha local aprovechar ese viento que a la izquierda, que hoy, por el contrario, transita un camino hacia fórmulas políticas bastante lights. Solo el antaurismo podría capitalizar, pero resulta difícil asociar el pensamiento etnocacerista a la izquierda (sus votantes pueden serlo, pero su pensamiento es protofascista).

Quienes pueden crecer son los liderazgos derechistas que se han dedicado estos años a promover la mano dura, la rapidez, la eficacia. Y allí, aparte de los portavoces fallidos de la extrema derecha (que salieron chamuscados del último proceso electoral), quienes pueden cosechar este nuevo ánimo cívico son más bien personas como Daniel Urresti o George Forsyth (embarcado en una impostada “urrestización”).

Por efecto indirecto, quien funge de desfogue o factor de contención de este rebrote duro es el paradigma centrista de Vizcarra. Así como, sin proponérselo, el Presidente logró aminorar la tensión disruptiva que amenazaba estallar si la crisis política precedente a su gestión se mantenía, su papel en la conducción de la crisis actual bien podría generar simpatía a favor de liderazgos de centro, pero capaces de tomar decisiones duras y radicales cuando las circunstancias lo requieran.

-La del estribo: acá algunos artículos de interés en la actual coyuntura. Tres de la “periferia”: https://cutt.ly/QtWwnYI (del filósofo coreano Byung Chun Hal), https://cutt.ly/gtWwvuD (del esloveno Slavoj Zizek), https://cutt.ly/ttWwV2j (del cubano Santiago Villa, comentando a ambos); dos del “epicentro” francés: https://cutt.ly/ntWwp5H (del filósofo Bruno Latour, traducido por Matheus Calderón) y https://cutt.ly/ptWwIjd (del economista Jacques Attali).

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