El arroz con pacto de 69 del Congreso
El acuerdo de gobernabilidad en el Congreso de la República.
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El acuerdo de gobernabilidad entre cuatro bancadas no debiera sorprender mucho pues fue anunciado justo después del 26 de enero, aunque sí la composición final del bloque en el que ya no participará el Partido Morado (PM), como estuvo previsto al inicio.
Los integrantes iniciales fueron Acción Popular (AP, 25), Alianza para el Progreso (APP, 22 ) y Somos Perú (SP, 11), y habrían llegado a 67 con los 9 escaños del PM, pero a última hora el acuerdo de gobernabilidad no se hizo con esta agrupación sino con Podemos Perú (PP) que aporta 11 escaños que les permite conformar un bloque de 69.
¿Qué pasó con el PM? Un integrante del PM comentó a esta columna que “nos chotearon, prefirieron a PP”.
Esto alude a que el acuerdo de gobernabilidad es, principalmente, un pacto para conformar la mesa directiva que estaría en funciones –comprensiblemente, por lo corto de los plazos– hasta el 26 de julio de 2021, con la presidencia para AP, y las tres vicepresidencias, en ese orden, para APP, SP y PP.
El acuerdo plantea garantizar las reformas electoral, política y judicial, la anticorrupción, reactivación económica, seguridad alimentaria y mejoras en la educación, salud y seguridad ciudadana, pero sin aterrizar en una agenda concreta de acción, con lo cual podría significar, en realidad, cualquier cosa.
Es un buen comienzo que pretende darle estabilidad al Congreso en un contexto en el que, por un lado, algunas bancadas creen que van solo a armar barullo y, por el otro, tres cuartas partes de la ciudadanía quieren ver un parlamento conciliador con el gobierno.
Y es probable que ese sea el temperamento imperante en el nuevo Congreso, aunque las tensiones entre las bancadas aparecerán apenas se lance la campaña presidencial que está a la vuelta de la esquina, con las candidaturas de César Acuña (APP), George Forsyth (SP), Daniel Urresti (PP) y quien gane la bronca interna de AP.
No es, en todo caso, un mal comienzo para un Congreso en el que, no obstante estos esfuerzos valiosos de coordinación, un gran riesgo para el país será el campeonato de populismo que se va a lanzar desde el propio parlamento, con la competencia creciente de un gobierno en el que la popularidad presidencial es una clara prioridad.
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