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Política

Pescando tiburones

Asociación público-privada para inflar los volúmenes de pesca en el mar de Grau.

Editorial
Editorial

Esta vez fueron encontrados in fraganti, pero no se sabe cuántos años tiene la relación ilegal entre funcionarios del Instituto del Mar del Perú (Imarpe) y algunas empresas del sector pesquero beneficiadas con el aumento artificial del volumen de pesca a costa de la depredación del mar de Grau.

La República ha accedido a los diálogos entre autoridades de Imarpe y entre estas y profesionales de las empresas del sector, que son parte de la investigación de la Segunda Fiscalía Provincial Penal Corporativa del Callao, que demostrarían que se adulteraron las cifras para fijar una alta cuota de pesca de anchoveta en favor de un sector de la industria pesquera.

El organismo del Estado reportó que había una biomasa de más de 8 millones de toneladas de anchoveta y, por lo tanto, fijó en más de 2,700 millones de toneladas la pesca de anchoveta para la segunda temporada. Lo cierto es que los pescadores encontraron el 97% de anchoveta juvenil, cuando lo permitido por ley es 10%.

Es mucho más grave que las autoridades de Imarpe y los sectores de la industria pesquera estaban enterados de que la supuesta biomasa de anchoveta de más de 8 millones de toneladas era ficticia, pero no solicitaron que se suspendiera la segunda temporada de extracción de anchoveta. Prefirieron el silencio y que se siga pescando un tamaño que implica la depredación de la riqueza pesquera nacional.

Ha hecho bien la ministra de la Producción, Rocío Barrios, en no quedarse callada, y en cambio organizar un operativo para desnudar la corrupción en su sector. En otros momentos, el sector fue arrinconado con campañas bien financiadas, y varios ministros que desafiaron este estado de cosas fueron cambiados.

Las decisiones adoptadas por Produce son correctas en toda línea. Ha suspendido la segunda temporada de pesca de anchoveta pensando en el futuro, a pesar de colisionar con poderosos intereses; ha procedido a reorganizar Imarpe, tomada hace años por oficiales en retiro de un sector de las FFAA como un coto de empleo al que no le dieron valor agregado; y autorizó la denuncia penal contra los responsables de este atentado contra el patrimonio y reserva nacional.

Considerando que esta adulteración de cifras no fue un error sino un acto propio, preocupa el silencio de los gremios empresariales del sector sobre el hecho específico de la corrupción en Imarpe y su insistencia en que no hubo dolo, que la anchoveta se dispersó por factores climatológicos, provocando la presencia masiva de juveniles en las zonas de pesca.