Patricia Benavides: “No tengo miedo a la destitución”
Política

Mejor Congreso

Los resultados del 26 de enero.

.
.

Las elecciones de ayer han puesto fin a un ciclo caracterizado por la tensión y la oposición al cambio. Los resultados generales, a falta del conteo final de votos y la asignación de escaños mediante la cifra repartidora, proyectan un Parlamento fragmentado pero una mejor composición de fuerzas y por lo tanto con mejores perspectivas.

Si se confirman los datos de conteo rápido, el nuevo Parlamento tendrá 10 bancadas. Ellas estarán formadas por partidos que apenas superan el 10% de votos válidos, destacando entre ellos varios que se encuentran ligeramente por encima de la valla electoral.

Tres partidos que no figuraban en lugares preferentes –Podemos, Frepap y UPP– irrumpen sorpresivamente en el Parlamento con votaciones significativas en medio de la fragmentación, como consecuencia probable de la desafección ante los partidos tradicionales. O la falta de atención a los problemas de la seguridad.

Los grupos que sostuvieron la obstrucción en el disuelto Congreso se han debilitado; Fuerza Popular ha retrocedido a un magro 6,9%%, en tanto el Apra no superó la valla electoral, alcanzando apenas el 2,6% de votos. Solidaridad Nacional, que recibió una transfusión de sangre del fujimorismo y se posicionó como una opción ultraconservadora y pendenciera, ha fracasado rotundamente, siendo respaldada por el 1,4% de electores.

Algunos grupos políticos que no protagonizaron la campaña electoral, como Acción Popular (AP) y Alianza para el Progreso (APP), han obtenido votaciones que podrían considerarse como una combinación de la inercia o la apuesta por el centro. Otras formaciones que respaldaron la disolución del Congreso acceden al nuevo Parlamento, el Partido Morado, cuyo crecimiento se frenó en los últimos días de la campaña electoral por los escándalos que involucraron a sus líderes; Somos Perú, y Juntos por el Perú, una de las opciones de la izquierda, que realizó una campaña en favor de continuar con la reforma política y judicial.

Forma parte de la incertidumbre de los resultados de ayer la formación de alianza al interior del Congreso, en donde se cuenta como antecedente las divisiones internas de AP y APP. La primera de las opciones, dictada por el sentido común, es que los grupos que aspiran a la continuidad de la reforma den paso a un acuerdo que, sin renunciar al control y fiscalización del Ejecutivo, apuesten por el cambio y la lucha contra la corrupción. Los elegidos deben recordar las razones que condujeron a las elecciones del 26-E y tomar el encargo de las urnas como una oportunidad que podría no repetirse si no es aprovechada.