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Política

Jorge Bruce: “Está en juego cómo nos percibimos como sociedad, y el Parlamento es el reflejo de eso”

Entrevista con el psicoanalista. Magíster en Psicopatología y Psicoanálisis, Universidad de París, Francia. Profesor de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Autor del libro Nos habíamos choleado tanto. Psicoanálisis y racismo.

Reflexión. Bruce espera que en estas elecciones se dé el voto del cambio, del hartazgo.
Reflexión. Bruce espera que en estas elecciones se dé el voto del cambio, del hartazgo.

El psicoanalista Jorge Bruce señala que en estos comicios la pugna principal que percibe la población es entre los que tratan de alcanzar una curul parlamentaria para blindar la corrupción y los que quieren limpiar el país. Espera que los electores muestren que no somos un Estado fallido.

¿Son las elecciones más apáticas de los últimos años?

De las que recuerde, sí, con certeza son las más apáticas; y si el voto no fuera obligatorio, estoy seguro de que el porcentaje (de asistencia) sería bajísimo.

Muchos van para no pagar la multa…

Efectivamente. Habrá gente que ve en esto la posibilidad de ahondar en la lucha anticorrupción. Y habrá gente también que tendrá la idea de mantener las posiciones de la corrupción. Quizás esos son los dos grupos firmes que hay, los anticorrupción y los procorrupción, tanto entre los candidatos como en algunos sectores del electorado que por diferentes motivos piensan en esos términos.

¿El grupo “procorrupción” responde a que en el país es un tema generalizado, por ejemplo, con cosas consideradas mínimas, como robar el cable?

Hay la sensación, y mucha gente lo ve así, de que somos un país que muy difícilmente podrá salir de las garras de un sistema corrupto, y que es muy iluso pensar que la Policía, el Poder Judicial, el Ministerio Público, la política y los empresarios van a cambiar realmente; por lo tanto, más vale funcionar sobre la base de los principios de la realidad y ver qué cosa les conviene más en términos de sus intereses o, en un país con tanta desigualdad, de la mera supervivencia. Yo no creo que los peruanos estén votando por la corrupción y porque son corruptos, sino porque sienten que estos grupos los benefician directamente.

Hay muchos candidatos jóvenes, sin experiencia, ¿influye eso en esta apatía electoral?

Puede influir en este desapego de la política, y no es una buena noticia que los ciudadanos se desinteresen; pero, por otro lado, es una posibilidad de que se den a conocer. Hay varios jóvenes de diferentes partidos y también gente de más edad, que son interesantes y que nunca han intervenido en política. Creo que también hay la posibilidad de ver surgir nuevos rostros que pueden ser de las personas que tomen las riendas de nuestro país más adelante, porque muchos rostros del pasado ya necesitan ser jubilados urgentemente.

¿Seguimos apostando por el caudillismo en el Perú?

Todavía pertenecemos al contingente de países que es muy dependiente de las figuras de los caudillos. Escucho a pacientes que tienen mucho temor de las elecciones del 2021 y piensan que el país podría terminar siendo inviable. Vivimos en un régimen de temor y, sobre todo, en un país de horrendas desigualdades e injusticias. Nos olvidamos que en las afueras de Lima hay muchísimas localidades que no tienen servicios esenciales, no tienen agua, desagüe, postas de salud, educación adecuada. Hay esta fantasía de un caudillo, además, dictatorial, de mano dura, porque la inseguridad es clamorosa, porque el Ministerio del Interior no puede afrontarla y sale con medidas disparatadas como hacer una brigada contra los venezolanos. No solo es un ataque brutal contra derechos humanos sino es una medida xenofóbica, discriminatoria, pero, además, es ineficiente.

En el Perú la informalidad está por todos lados, ¿ello se refleja en estas elecciones?

Sin ninguna duda. Tendríamos que haber tenido elecciones donde la participación de la ciudadanía esté desde el principio, y no únicamente, como que quien va al supermercado y tenga allí la góndola de productos. Tendría que haber habido primarias serias, donde la gente vote. Y este es el resultado: argollas, componendas. ¿Qué puede salir de allí? Nos queda aferrarnos a que, en medio de esta miasma, se logre elegir a algunas personas nuevas que refresquen nuestra política, que tengan propuestas.

¿Los que buscan la reelección lo hacen por retener el poder, porque es su modus vivendi o por blindar la corrupción?

Hay grupos que están por una supervivencia, en términos de que el sistema de corrupción está amenazado, y tratan de ingresar al Congreso para evitar que esto suceda. Otros lo hacen para tratar de limpiar al país de la corrupción. Esa es la principal pugna que la gente percibe en este momento. Ojalá que haya un número interesante de personas que nos hagan sentir que este país no está perdido, que no somos un Estado fallido, que tenemos muchísimos problemas, pero también la posibilidad de mejorar. La gente tiene que votar, y me refiero no solo a acudir a las urnas, sino elegir, porque si no lo hacen favorecen a los que quieren blindar a los corruptos. Eso nos da a los electores una tremenda responsabilidad. La gente puede percibir que es un trámite burocrático, pero no lo es. No está en juego solamente lo poco que se puede hacer en año y medio, sino una cuestión más subjetiva, más psicológica, que es cómo nos percibimos como sociedad. Y este Parlamento va a ser un reflejo de eso.

¿Qué reflejaría como sociedad si ganan las opciones a favor de la corrupción?

Que tenemos que seguir luchando porque todavía no hemos alcanzado ese momento en el que el país se perciba a sí mismo como capaz de funcionar fuera del sistema corrupto. Espero que sea un poderoso mensaje a los corruptos: no nos vamos a someter, vamos a sacar adelante nuestra sociedad. Perú es un país que ha dado pruebas de estar a las alturas de las circunstancias. Lo ha hecho en este desastre de Villa El Salvador, pues hemos visto muestras de una solidaridad conmovedora de personas que han ido a donar sangre, a ver en qué pueden ayudar. Y las elecciones ponen a prueba eso también: cuán solidarios somos con la idea de que podemos ser un mejor país.

En los 90 se hizo famoso el “voto oculto, vergonzoso”, ¿ahora podemos hablar del “voto histórico, del cambio”?

Ojalá que sea el voto del cambio, del hartazgo, de la gente que quiere un mejor país.

Periodista de la sección Política del diario La República. Egresada de la universidad Jaime Bausate y Meza. Ganadora del Premio Periodismo y Derechos Humanos 2005 otorgado por la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH). Escribe crónicas, perfiles y reportajes sobre hechos políticos y la violencia interna que vivió el país.