Es como si el “Muni” este año campeonara
La insoportable pero atractiva vaguedad de Acción Popular.
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Un misterio aún sin resolver esta temporada es el renacimiento electoral de Acción Popular (AP) que se podría ratificar este domingo, luego del buen resultado que obtuvo en la regional-municipal de 2018.
Sería la resurrección de un partido antiguo y tradicional aunque venido a menos que, súbitamente, remonta hasta el éxito. Sería algo parecido a que el histórico y muy querido Deportivo Municipal, que casi siempre anda de la mitad de la tabla para abajo, terminara campeón de año en el fútbol local.
Si esto último ocurriera, lo del ‘Muni’ podrá explicarse por la presencia de un gran líder, de nuevos jugadores, o de una nueva estrategia demoledora. Pero nada de eso parece estar ocurriendo en AP, un partido que sigue jugando, desde hace muchos años, con la camiseta tradicional de la lampa.
No tiene, para empezar, un liderazgo claro ni un candidato presidencial seguro, posiciones que se las disputan Raúl Diez Canseco, Mesías Guevara, Víctor Andrés García Belaunde, Alfredo Barnechea, Yonhy Lescano y el alcalde Jorge Muñoz (aunque este parece aliado del propietario de la Usil).
AP tampoco tiene grandes jugadores nuevos. Su lista parlamentaria es un grupo de jóvenes desconocidos entre los cuales seguramente habrá gente valiosa, pero a los que todavía no se les ha visto demostrar sus virtudes en la cancha grande del Estadio Nacional.
Y no posee, además, ideas claras. Históricamente, AP ha tenido a la vaguedad como ideología, lo cual sigue hasta hoy. La lista de candidatos al parlamento es, en ese sentido, un grupo dispar. La número uno en Lima, por ejemplo, Mónica Saavedra, dice que la disolución del congreso fue inconstitucional, algo en línea con algunos de la exbancada, pero no con todos. Si Andrés Townsend dijo en los 60 que AP era una federación de independientes, hoy parece de dependientes.
Ahora bien, el éxito de AP podría ser un espejismo pero que le permitiría, con solo 8% de los votos que algunos le pronostican, alcanzar unas cuarenta curules, es decir, el 30% del congreso.
Eso sería una gran herencia para la elección 2021, pero, como pasa en muchas familias antiguas, hay muchos descendientes, harta pelea entre ellos, y se carece de un liderazgo claro.
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