Un mundo para la nueva DBA
Más allá del agravio racista, el posicionamiento de SN.
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El exabrupto racista de un candidato de Solidaridad Nacional (SN) podría interpretarse como el desliz idiota de un miembro de la lista, pero parece, más bien, el posicionamiento que busca esta agrupación fundada por el investigado por corrupción Luis Castañeda, ahora reforzada con una facción escindida de Fuerza Popular.
Mario Bryce, un exlocutor del canal del congreso, medio que en los últimos años el fujiaprismo puso, de manera descarada, al servicio de su propaganda y la de sus aliados –como SN–, cometió un agravio inaceptable contra el candidato Julio Arbizu de JP, al entregarle unos jabones que luego quiso justificar “como símbolo de limpieza y transparencia en la política”, pero con evidente connotación racista.
El Tribunal de Ética del JNE llamó la atención por lo ocurrido, y el Ministerio Público inició una investigación –pues el racismo es un delito–, pero, en vez de deslindar con el bufido de su candidato, SN se apuró en defenderlo y, como señaló su secretario general Rafael López Aliaga, en sorprenderse por la pronta acción de la fiscalía.
Este desplante racista no debe verse como un hecho aislado, sino en el contexto de la estrategia de SN, con spots agraviantes que tildan de terrorista a políticos y hasta al presidente de la república; difusión de encuestas mentirosas; o declaraciones escandalosas sobre la masturbación o el sexo anal que frecuentan y perturban sus mentes.
Es paradójico que en SN aludan a unos jaboncitos para la transparencia y limpieza en la política, cuando este partido trae consigo el prontuario de las fechorías por las que se investiga a Castañeda; el blindaje de corruptos en la comisión lava jato del congreso disuelto; trols asalariados para lanzar estiércol digital que enlodan las redes; y pestilentes miembros de ‘La Resistencia’ que ensucian las calles.
Ayer Rosa Bartra explicó en La Razón lo que se proponen: ser una ‘derecha popular’ sustentada en la defensa de la vida, la libertad y la propiedad privada. Pero esto no es popular, esto es derecha bruta y achorada (DBA) reforzada apelando al voto del sector más conservador y racista peruano, donde seguramente hay un respaldo que esperan rescatar, luego del fracaso de Keiko Fujimori por representarlo.
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