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Política

Ahora los hechos

Severa autocrítica empresarial.

EDITORIAL
EDITORIAL

La entrega oculta de dinero a la campaña electoral de Keiko Fujimori por grandes empresas peruanas, reveladas en el marco de la investigación que lleva adelante el Equipo Especial Lava Jato de la Fiscalía, ha motivado una sucesión de hechos recientes sobre los cuales conviene reflexionar

En una primera reacción, desde la CONFIEP, el gremio empresarial ha pretendido justificar ese proceder bajo el argumento conocido de que no es ilegal y que es un derecho de las empresas llevar a cabo campañas en favor de la economía de mercado o procurar que no accedan al gobierno grupos políticos contrarios al “modelo”. Luego, ante la indignación de los ciudadanos, se ha producido la asunción de responsabilidades.

Estas se iniciaron en la primera jornada de la CADE 2019, en Paracas. La presidenta de este evento, Elena Conterno, reconoció en su mensaje inaugural que el sector privado se ha visto empañado por estos actos de corrupción; que este hecho no solo empaña a una empresa, sino a todo el empresariado; que rechazan enérgicamente todo acto sin transparencia y se espera que no vuelva a suceder jamás.

La presidenta de la CONFIEP, María Isabel León, realizó el giro más espectacular. En su discurso en la CADE 2019 pidió disculpas ante el empresariado por los diversos actos de corrupción revelados en el caso Lava Jato, sobre los aportes de grandes compañías a organizaciones políticas sin que estos sean debidamente reportados y bancarizados. Su “no me siento capaz ni con la fortaleza de hablar de código de ética ni de anticorrupción, con todas las cosas que están sucediendo” fue acompañado de “tengo 3 millones 650 mil razones para pedirles a estos empresarios que han hecho las cosas de manera irregular que den un paso al costado, por su país, por sus empleados, por la ética”.

Desde que se revelaron por primera vez los casos de corrupción de Lava Jato, es la primera vez que se lleva a cabo una autocrítica tan severa del sector empresarial, al mismo tiempo en que se aprecian fisuras en el sector privado entre una tendencia que recusa estas cuestionadas prácticas y propone cambiarlas, y otras que a pesar de que ya no las defienden dirige la mirada a otros sectores o guarda silencio.

En cualquier caso es correcto el cambio de narrativa, y no deberían subestimarse las palabras escuchadas los últimos días en favor de la transparencia empresarial. Un segundo paso son los cambios de verdad, es decir los hechos. La presidenta de la CADE ha señalado un financiamiento cero de las campañas por las empresas, en tanto que el financiamiento público debe ser mayor y único.