Una economía de mercado... ¿Para todos?
“La crítica es a todos los sectores políticos que han sido financiados de manera indebida, aunque es claro que el fujimorismo ha sido el más engreído de las corporaciones”
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Seguramente queriendo contribuir a ‘salvar’ la economía de mercado como la que, más o menos, con muchas y enormes distorsiones, existe en el Perú desde hace casi tres décadas, la manera como algunas empresas y gremios buscan conseguirlo puede ser el instrumento más efectivo para demolerla al hacerla parecer el biombo para obtener beneficios mercantilistas, siendo lo más grave la escasa capacidad de autocrítica que se observa hasta el momento frente al financiamiento poco transparente a candidatos políticos.
En esto, la crítica es a todos los sectores políticos que han sido financiados de manera indebida, aunque es claro que el fujimorismo ha sido el más engreído de las corporaciones.
Esta falta de reconocimiento del error –que algunos indican que puede ser hasta delito– ha estado tanto en las reacciones de los grupos empresariales que hasta el momento han revelado contribuciones a candidatos, como, de una manera más evidente, en los gremios que agrupan a las empresas, siendo el caso más notorio el de Confiep.
Instada por Sol Carreño a hacerlo el domingo en Cuarto Poder, su presidenta María Isabel León respondió que, “si alguien tiene que pedir disculpas, tienen que ser todos los ciudadanos que no han sido éticos y no han sido correctos en general en los actos de su vida”.
El problema es que León no empieza por casa, y sigue queriendo justificar lo injustificable, que algunos spots publicitarios emitidos por Confiep en la campaña electoral 2011 no eran para defender la economía de mercado y la inversión privada, sino a una candidatura específica: la de Keiko Fujimori.
Esto ha sido contraproducente para los fines que declaran defender. Por un lado, porque terminaron contribuyendo a la campaña de una de las candidaturas que ha demostrado tener la mayor vocación mercantilista, pues Keiko Fujimori no ha apoyado una economía de mercado sino prebendas específicas para empresas concretas.
Pero, peor aún, por el otro lado, con este tipo de respaldos sin ninguna transparencia por parte de sectores empresariales para la defensa de la economía de mercado, se le acaba haciendo un daño enorme a la misma pues acaba pareciendo el biombo para la obtención de beneficios privados.
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