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Política

Mechadera

La falacia “la Constitución no se toca” es repetida por pericos despolitizados apelando a la amenaza chavista. La verdad, la única amenaza chavista cuya sombra se extiende sobre el nuevo Congreso, es el regreso a una curul de Martha Chávez.

Rocio Silva Santisteban
Rocio Silva Santisteban

Estudié en un colegio de monjas, pero crecí en las calles de Surquillo. Por lo tanto, tengo esquina y recuerdos. Uno de ellos es cuando los chicos de mi barrio, de pronto, gritaban en coro: “mechadera, me-cha-de-ra, queremos me-cha-de-ra” al ver que dos chicos, jóvenes varones en ciernes, se agarraban a golpes entre la vereda y la pista. Siempre se iban acercando más y más gente hasta armar un semicírculo que, en lugar de separar a los trompeadores, los alentaba a seguir golpeándose. A veces alguien preguntaba:

- ¿Por qué se pelean?

- ¡Qué diablos importa! Queremos me-cha-de-ra… me-cha-de-ra…

Así suelen ser las campañas políticas en tiempos de elecciones.

Sin duda, eso pasa en las campañas electorales últimas: desde la televisión o la radio, los periodistas –hay honrosas excepciones– azuzan a los polemistas para que se arme la de San Quintín, y para que la mechadera deje muertos o heridos o por lo menos rastros de sangre salpicada en las paredes. El color rojo de las salpicaduras siempre enfoca tan bien que, el rating, puede elevarse algunos micro-fragmentos.

Pero como suelen decir personas sensatas como Percy Medina, de IDEA, la gente está harta de la confrontación estéril. La pelea por la pelea es lo que llevó a la polarización entre el Poder Ejecutivo y el Congreso y a que los peruanos y las peruanas salgan a las calles a gritar: “que se vayan todos”.

Puede ser que para algunos el debate de ideas sea percibido como “aburrido” en televisión o radio que exigen preguntas ping pong y rapidez mental. Pero es a lo que debemos apuntar si queremos en realidad mejores sueldos, educación a nivel “colegio emblemático” pero en todos los colegios públicos y universidades que no sean una caja chica de partidos políticos sospechosos; así como agua, luz, desagüe, saneamiento, salud en todos nuestros pueblos.

El debate fundamental en estas elecciones son las reformas políticas, electorales, del Poder Judicial y de la lucha contra la corrupción. Pero otro tema fundamental es preguntarnos hasta cuándo tanto parche constitucional y si no es mejor renovar por entero la constitución en un país que ya no es el de los años 90. La falacia “la Constitución no se toca” es repetida por pericos despolitizados apelando a la amenaza chavista. La verdad, la única amenaza chavista cuya sombra se extiende sobre el nuevo congreso, es el regreso a una curul de Martha Chávez.

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