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Política

Las Metamemorias

“¿Fue redactado con un suicidio en mente? Hay indicios suficientes. La posibilidad no está mencionada, pero es elípticamente sugerida”

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Las memorias presidenciales de Alan García se suman a las de José de la Riva Agüero, Luis José de Orbegoso, Rufino Echenique, y a las de Augusto Leguía (que Jorge Basadre sospechaba apócrifas). ¿Por qué incursionó García en un género tan antiguo e infrecuente en el Perú? Como en los otros casos, se trataba de cerrar una etapa mediante un balance.

En lo inmediato Metamemorias (Planeta, 2019) se suma a la nueva ola de libros sobre presidentes que incluye a PPK, Ollanta Humala y el propio Martín Vizcarra. Pero a pesar de estar escrito desde la actual coyuntura, este de García cubre más terreno que sus dos presidencias, y no llega a encajar dentro de los cánones del libro instantáneo.

¿Fue redactado con un suicidio en mente? Hay indicios suficientes. La posibilidad no está mencionada, pero es elípticamente sugerida. Muy hacia el final aparecen unos pocos, dramáticos párrafos de evidente despedida, con una de sus abuelas, su padre y Víctor Raúl Haya de la Torre encarnando a su familia y a su partido.

Pero antes de despedirse García tiene una frondosa historia que contar, en casi 500 páginas. Son los sucesivos momentos en que el poder político fue perseguido, obtenido, perdido, recuperado. El autor explica sus motivos y sus estrategias, celebra sus triunfos, reconoce sus errores, y justifica sus iniciativas de gobierno más polémicas.

El libro va sumando parágrafos independientes, que saltan de un tema al otro, con cierto orden cronológico. Esto da variedad y agilidad a un texto donde hay de todo: versiones de hechos importantes, anécdotas poco difundidas, todas muy entretenidas, retratos de personajes hechos con un cuidadoso pincel (incluye ajustes de cuentas), y por cierto muchas revelaciones.

La prosa es eficaz, informal, confesional. Junto a su tarea de cronista de su propia peripecia está su sensibilidad personal, que aparece por entre las grietas de una construcción política. Aun así, uno siente que mucho se ha quedado en el tintero.

La editorial ha tirado 10,000 ejemplares para distribución por toda América Latina, y es casi seguro que los diversos géneros de curiosidad en torno al autor, sumados a la inevitable polémica en torno al libro, probablemente den cuenta de toda la edición. Podría decirse que con esta obra Alan García se ha despedido, pero no tanto.

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