¿En la isla o en la cola?
“Los factores sociales y económicos para entrar al efecto dominó que ha arrastrado a Ecuador, Chile, Bolivia y ahora Colombia están aquí, pero desactivados por varias formas de la obsesión política”.
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Se habla ya de una furia latinoamericana, como un fenómeno compartido. Las explicaciones varían según el caso, pero hay dos comunes denominadores: la protesta por la desigualdad de los hogares y un fuerte descontento con el gremio político, todo o en parte. El telón de fondo sería el retroceso de las economías regionales, en sintonía con otras del mundo.
Frente a eso en el Perú nos estamos viendo desde diversas perspectivas. Para unos somos una isla en medio de la furia. Para otros simplemente estamos esperando un turno que nos va a tocar, más temprano que tarde. Luego están quienes simplemente se preguntan por qué la ola de protestas no ha llegado, pero sin adelantar explicaciones.
La teoría de la isla se está apoyando en la existencia de elementos distractores en la política: los destapes de corrupción desde Lava Jato y la conflictividad desde el 2016 vienen siendo tan intensos que llegarían a equivaler a una suerte de enorme movimiento de protesta ciudadana por otros medios, con similares efectos de erosión de las élites.
En otras palabras, los factores sociales y económicos para entrar al efecto dominó que ha arrastrado a Ecuador, Chile, Bolivia y ahora Colombia están aquí, pero desactivados por varias formas de la obsesión política. Por ejemplo el cierre de un Congreso y la elección de otro como el tipo de medidas que han ido moderando la tentación de salir juntos a las calles.
La teoría de que una furia peruana está a la vuelta de la esquina es menos racional, y se apoya en la fuerza que puede tener el efecto de demostración. Algo así como que si la protesta a gran escala ha sido posible en tantos países, entonces encontrará la forma de manifestarse en el Perú, más o menos dentro del mismo plazo.
El asunto con los dos tipos de teoría es el cuándo. Si somos una isla, ¿en qué momento se hará patente que nos hemos salvado de participar en la furia? Si estamos en la cola, ¿qué efectos o signos nos anunciarán con claridad que la hora ha llegado? Luego está la pregunta sobre si los problemas de los vecinos nos pueden ayudar a curarnos en salud, y evitarlos en casa.
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