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Política

Cambio sobre la marcha

A propósito de la renuncia del ministro del MIDIS.

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El titular del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS), Jorge Meléndez, ha renunciado en atención de dos severos cuestionamientos que hacían insostenible su permanencia en el gabinete. La exlegisladora Janet Sánchez lo acusó de haber recomendado la contratación de la madre de su hijo como auxiliar de la Comisión de Ética del Congreso.

Luego, el portal periodístico Ojo Público reveló un documento de la investigación a una organización criminal dedicada al tráfico ilegal de madera en el que constan diálogos telefónicos interceptados, en los que el líder del grupo señala que Jorge Meléndez los había ayudado a dilatar procesos de fiscalización.

Aunque se habia demorado un poco, ha hecho bien el presidente de la República en resolver este caso con la salida del ministro, sobre todo atendiendo a la coherencia del discurso contra la corrupción. Es cierto que la primera denuncia forma parte del ajuste de cuentas del disuelto Congreso –la legisladora responsable nada menos de la Comisión de Ética no ha señalado por qué aceptó un pedido que no era ético–, en tanto que la segunda no admite dudas respecto a una probable colusión con responsabilidades penales.

Por otro lado, el cambio en el MIDIS, a un mes de remodelado el gabinete, coincide con el sondeo del IEP, publicado por este diario, que refleja la expectativa ciudadana por un mejor desempeño del Gobierno. El MIDIS, dada su naturaleza y mandato, está llamado a liderar la recuperación de la confianza ciudadana en materia social.

La alta rotación de ministros –seis en tres años– ha debilitado una institución que fue fundada para institucionalizar la política social, lo que no ha impedido el crecimiento de su burocracia, al extremo de la duplicación agregación de cargos para actividades concurrentes o parecidas.

Debe aprovecharse la designacion de un nuevo titular de ese sector para iniciar ajustes que eleven la calidad de las políticas y de los programas. En el caso de Juntos, el Estado ha rebajado el componente de oferta, de modo que se incumple en gran medida la condición de transferencia condicionada, que es la esencia de ese programa. En el caso de Pensión 65, la ampliación de su cobertura ha recibido críticas, e igual sucede con Qali Warma, el único programa de alimentación y nutrición universal del país que, sin embargo, se resiste a acometer el desafío de la mejora del contenido nutricional de las prestaciones, en un país con altos niveles de anemia y una desnutrición resistente en varias zonas del país.