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Política

Oportunidad de una primavera política

“Gente como Alberto de Belaunde o Gino Costa pueden contarse entre esta derecha liberal en lo económico pero progresista en lo político”.

Claudia Cisneros
Claudia Cisneros

Esta semana ha sido particularmente importante para los peruanos en lucha persistente contra lo gangsteril instalado en la política y el espacio público. Dos otrora pesos pesados de la política peruana han terminado de caer. Alan García y Luis Castañeda Lossio. Hay que agradecer la persistencia y profesionalismo del equipo especial de fiscales #Lavajato por su rol histórico en esta purga -de proporciones telúricas- de lo sucio y corrupto en la política peruana. Sin las investigaciones #Lavajato nuestro país en estos momentos sería muy distinto.

Mientras en otras partes del mundo la globalización del capitalismo neoliberal está produciendo resurgimientos de nacionalismo ultra conservador o izquierdas fascistas, en el Perú vivimos una primavera política de purga delincuencial, que si bien ha abarcado todo el espectro ideológico de derecha a izquierdas, el golpe ha sido quizás más duro para las derechas económicas (Fuerza Popular y Apra) porque eran las que más poder detentaban. El golpe de imagen ha sido tremendo para esa derecha ahora desprestigiada y ya con menores posibilidades de instalar en el Perú agendas ultraconservadoras que han permeado otras democracias neoliberales del orbe. En el Perú esa derecha ha sido detenida en gran parte gracias a las revelaciones de sus comportamientos criminales materializadas en investigaciones exhaustivas de un grupo de fiscales y periodistas.

Esta podría y debería ser la oportunidad para que una derecha económica no corrupta y liberal - en tanto derechos civiles y humanos - ocupe ese espacio que la derecha populista y corrupta del Apra y el fujimorismo han dejado abierto tras su descalabro político-criminal. Gente como Alberto de Belaunde o Gino Costa pueden contarse en esa derecha liberal en lo económico pero progresista en lo político. Veremos cómo avanza esa línea política en las próximas elecciones de enero y si es capaz de fortalecerse, expandirse y ocupar ese espacio. Mientras, la izquierda podría también aprovechar el desprestigio de la ultraderecha para consolidarse como opción política, luego de las actuaciones favorables de algunas ex-congresistas como Marissa Glave, Indira Huilca, Tania Pariona, Richar Arce, entre otros pocos. Sería un gravísimo error, así se trate de estrategia logística, que Nuevo Perú se alíe con Vladimir Cerrón, que ha demostrado encarnar la antítesis de los valores socio-culturales que Nuevo Perú profesa.

Hablar de primavera política puede sonar algo ingenuo, quizás, pero el sentido en el que propongo el término es en el de una oportunidad que la función fiscal ha abierto en el plano político, de una purga y recambio como no habíamos visto desde 2000. Con la diferencia de que esta vez Keiko, la línea sucesoria del fujimorismo corrupto y autócrata de Alberto, quedó expuesto como más de lo mismo.

Queda un camino por hacerse en estos meses previos a las elecciones legislativas, aún con muchas interrogantes, pero ciertamente con grandes posibilidades de reencauzar la institucionalidad política y del congreso; hay una esperanza de cambio, si el suficiente capital humano con verdadera vocación social logra obtener un espacio en este corto congreso de transición, que puede llegar a ser histórico por lo que podría lograr en un año para el país. Una ciudadanía vigilante y activa en las calles ha sido y seguirá siendo fundamental en esta oportunidad que se abre para el Perú.

Claudia Cisneros. Autor de contenidos y de las últimas noticias del diario La República. Experiencia como redactor en varias temáticas y secciones sobre noticias de hoy en Perú y el mundo.