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Política

Se ha avanzado, pero todavía falta

“Esta crisis es de régimen y su solución exige cambios al régimen político y económico. Si el gobierno no lo entiende le puede ir mal”.

Campodónico
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Se pueden decir muchas cosas sobre el cierre del Congreso hace dos días. Para nosotros, lo más importante es que permite continuar con la lucha contra la corrupción, que corroe al Poder Judicial, a funcionarios gubernamentales, a las empresas privadas, nacionales y extranjeras, a partidos políticos y congresistas.

Para ello, es clave que continúe el Acuerdo de Colaboración Eficaz con Odebrecht y con otras empresas. Este es el contenido último y real de la crisis política peruana. No nos dejemos marear por las discusiones sobre puntos y comas de interpretación de la Constitución, que son importantes, pero que no deben impedir ver el bosque de la corrupción que nos rodea.

En cuanto a la situación económica, es evidente que la disolución del Congreso puede tener algún impacto en cuanto a decisiones de inversión y de consumo, como lo dejan ver las encuestas de expectativas empresariales. Pero la mala situación económica viene desde el 2014, año en que acabó el superciclo de altos precios de las materias primas y nos reveló que el crecimiento tenía pies de barro.

Es por eso que el actual gobierno debe reactivar la economía para que aumente el empleo y mejoren los salarios, que es lo que la población exige. Más aún cuando la inmigración venezolana que supera las 800.000 personas ha tenido una fuerte incidencia negativa en la población local.

Esta es la tarea pendiente, repetimos, no de ahora sino desde el 2014. Un elemento clave es la inversión pública (IP), que tiene un efecto multiplicador del crecimiento, sobre todo cuando el ciclo está a la baja. Pero en el Perú, en lugar de subir, la IP baja de 4.3 a 4.1% del PBI del 2018 al 2019.

Esto sucede cuando el “chanchito fiscal” tiene amplios recursos: el Fondo de Estabilización Fiscal tiene ahorros de US$ 5,618 millones, 2.5% del PBI, a lo cual se suma más de 6% del PBI depositados en soles por el Estado en el BCR. Esto basta para llevar, ya, la IP de a 6% del PBI. Pero el MEF no quiere esta política anticíclica (que se aplicó exitosamente en el 2008) para no aumentar el déficit fiscal. Si Vizcarra pone en el MEF a un “Oliva 2.0”, todo seguirá igual.

De su lado, el BCR debería ayudar, bajando la tasa de interés -se mantiene en niveles más altos que la de Chile, por ejemplo- para estimular la inversión y el consumo. Y deberá velar por la estabilidad cambiaria interviniendo en el mercado para derrotar cualquier intento especulativo (ojo que se “duerme con el enemigo”). Las arcas del BCR se han vuelto a llenar y los US$ 41,600 millones de “dinero propio” (posición de cambio) ahuyentarán a los lobos.

Está claro que la Confiep es enemiga del gobierno. Antenoche expresó su “enérgico rechazo a la violación de la Constitución y al sistema democrático por el presidente Martín Vizcarra, con un argumento inconstitucional”. Pero la Bolsa no los escuchó: apenas si bajó 1.8% el martes. Normal, no más. ADEX ha leído mejor el momento y pide diálogo para salir de la crisis política.

Finalmente, si bien el presidente ha dado una salida temporal a la crisis con las elecciones congresales de enero próximo, pensamos que se deben realizar elecciones generales, como se planteó el 28 de julio. Esta crisis es de régimen y su solución exige cambios al régimen político y económico. Si el gobierno no lo entiende le puede ir mal.

Como siempre lo hemos dicho, no hay compartimentos estancos entre la lucha contra la corrupción, la recomposición de las instituciones, la reactivación económica y el avance hacia nuevos pilares de crecimiento. Hemos avanzado varios pasos para el logro de esos objetivos. Pero todavía falta.

Formación bruta de capital del Gobierno central

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