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Política

Esto no te lo mandarán por WhatsApp

“La mayoría de candidatos propuestos tienen un abierto sesgo a favor de sectores retardatarios e interesados en obstruir la justicia”.

SIFUENTES
SIFUENTES

Ahora que los venezolanos son los nuevos pishtacos y que los sanmarquinos han vuelto a ser terrucos, declaramos inaugurada la temporada de psicosociales. El objetivo sigue siendo el de siempre: la impunidad de la organización que se ha apoderado del Congreso. Modalidad de esta ocasión: la toma del Tribunal Constitucional (TC).

La estrategia es sencilla: huevear a la gente una semana, hasta el próximo lunes 30 de setiembre, cuando el Congreso más deslegitimado de nuestra historia ocupará nada menos que seis cupos de los siete que integran el TC. Oiga, un momento, dirá usted, es imposible que voten en esa fecha: mañana se inicia la semana de representación. Esto significa que, durante esos días, los congresistas de la Comisión Especial –encargada de evaluar a los candidatos– estarán de viaje en sus regiones.

Pero no existen imposibles para el fujimorismo. Karina “Smart” Beteta ya anunció que los miembros de esta comisión están exonerados de la semana de representación. Y ya. Listo. Porque así se decidió desde la Clínica Centenario. Así como hace un mes se había decidido que –precisamente– la semana de representación era un impedimento infranqueable para discutir la propuesta de adelanto de elecciones.

Por tanto, dentro de 8 días, lo más probable es que tengamos de vuelta en el TC a gente nefasta como, por ejemplo, Ernesto Álvarez. ¿Quién? El presidente del TC del segundo alanismo. Se precia de haber sido quien redactó, en persona, la sentencia que prohibió –durante una década– que las peruanas más pobres accedieran a la píldora del día siguiente. Actualmente, como tantos que fueron funcionales a Alan García, está refugiado en la Universidad San Martín. Es nada menos que el decano de Derecho y, desde esa rimbombante posición, ha tuiteado defendiendo a Chávarry, apoyando a Keiko Fujimori y contra “el totalitarismo de género”.

El señor tiene derecho a creer en lo que quiera pero es preocupante su adicción a las fake news. No solo es un entusiasta retuiteador y validador de fujitrolls. Ojalá fuera solo eso. De muestra, un tuit de octubre de 2016: «Por que [Hillary] Clinton defiende el aborto incluso en el 9no mes? porque la ONG que vende sus órganos los prefiere ya desarrollados. Eso es barbarie» (sic). Un tipo capaz de creerse los memes más burdos estuvo a cargo del más alto órgano de justicia del Perú. Y puede volver.

No es el único. La mayoría de candidatos propuestos tienen un abierto sesgo a favor de sectores retardatarios e interesados en obstruir la justicia, por no mencionar a la que tiene audios con los hermanitos Cuellos Blancos. Todo, mientras te mandan mensajes de voz atarantantes para distraerte. Lo que se viene no es una repartija. Es una ocupación.

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