¿Volverán los días fríos en Lima? Senamhi aclara
Política

La trenza

“Si no logramos cortar este nudo gordiano, corremos el riesgo de caer en lo que Farid Kahhat ha denominado ‘El eterno retorno’”.

Roncagliolo
Roncagliolo

Muy fecunda la última Feria del Libro de Lima. El periodista Marco Sifuentes ha presentado K.O.P.P.K.; una amena compilación de la vida de un hombre que sabe usar el quehacer público para beneficiar sus negocios privados. Sin escrúpulos. Uno puede estar seguro de que para PPK esto es lo normal. Que no hay nada de malo. Ni para PPK ni para toda una élite de políticos que utilizan, incluso sin mala fe, las mismas prácticas y puertas giratorias.

El científico social Francisco Durand ha presentado Odebrecht, la empresa que capturaba gobiernos: el análisis minucioso de una corporación transnacional que crece en base a coimas y favores políticos que son la negación de la libre competencia. Y, también, la confirmación contundente de que nuestras democracias son capturadas, al menos en parte, por negociantes sin vergüenzas.

Es decir que PPK y Odebrecht pertenecen a la misma trenza. Detrás del diseño de iure de la democracia hay un funcionamiento de facto que obstaculiza la construcción de democracias plenas y genuinas. En otras palabras, el desafío principal de nuestra democracia, hoy en día, consiste en desprivatizar la república, logrando que ciertos intereses particulares dejen de imponerse sobre las necesidades del bien común. Que el Estado deje de ser su botín. En eso, y no en los formalismos, reside la sustancia de la democracia.

El Perú ha avanzado en su construcción como Estado democrático a lo largo de los dos últimos siglos. Ha ido superando, no sin contradicciones, marchas y contramarchas, las formas más extremas de marginación y exclusión de las mayorías. En medio de las atrocidades del siglo XIX, se suprimió la esclavitud y el trabajo obligatorio de los indígenas, el siglo XX no solo trajo nuevas dictaduras: trajo también el voto a las mujeres, a los analfabetos y a partir de los dieciocho años de edad, se han devuelto, en parte, las tierras robadas a las comunidades; se ha hecho conciencia sobre la necesidad de asegurar el necesario crecimiento de las actividades extractivas, con licencias sociales, consultas previas y diálogo. El paso siguiente tiene que ser librar a la política de este cordón umbilical que la subordina a algunos intereses particulares y fomenta la corrupción.

Se trata de deshacer el nudo gordiano de esta trenza entre negocios y política, trenza que es la madre de la corrupción y que lleva al autoritarismo y a la barbarie. Si no logramos cortar este nudo gordiano, corremos el riesgo de caer en lo que Farid Kahhat ha denominado “El eterno retorno” en un libro, también recientísimo, que analiza a “la derecha radical en el mundo contemporáneo”.

América Latina y el Perú están desafiados por regímenes dictatoriales como el de Nicolás Maduro, en Venezuela. Pero también por regímenes de derecha irracional como el de Jair Bolsonaro en el Brasil, que se burla de los derechos humanos, amenaza a nuestra Amazonía, encomia a Pinochet y acaba de superar a Maduro en sus ataques indecentes a Michelle Bachelet. A propósito: ¿vamos a aceptar estos atentados contra la humanidad y estas groserías en cómplice silencio?

Rafael Roncagliolo. Autor de contenidos y de las últimas noticias del diario La República. Experiencia como redactor en varias temáticas y secciones sobre noticias de hoy en Perú y el mundo.