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Política

Aquí faltan políticos, no abogados

Para negociar indispensable adelanto electoral en el país.

AAR
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El Perú vive un impase institucional sin puentes para resolverlo, pareciendo el rumbo de colisión el destino inexorable.

Pedro Olaechea ha pedido una cita a Martín Vizcarra, pero con tal impertinencia que justificaría no dársela. Pero eso sería un error: a pesar de que es poco probable lo que puede lograrse, no se debe renunciar a l diálogo.

Si hasta el Perumin empresarial ha invitado a exponer al gobernador Elmer Cáceres, y este ha aceptado…

Olaechea pidió la cita, primero, con un discurso que terminó con el infeliz comentario de “presidente, no tenga miedo de gobernar”, y el lunes, antes de salir a Palacio de Gobierno a una sesión del consejo de reforma de la justicia, lanzó otro mensaje con una agenda propia del presidente de la república que no es, y en la que incluyó, como último punto, casi como quien dice ‘por si sobra tiempo’, el adelanto electoral planteado por Vizcarra.

Los mensajes de Olaechea parecen preparados en la misma fábrica de los de Héctor Becerril, Karina Beteta o Rosa Bartra. Su vocería es claramente la del fujiaprismo, no la del Congreso.

Según versiones periodísticas, los presidentes del ejecutivo y del legislativo algo conversaron el lunes en Palacio para que la reunión pedida recién ocurra la próxima semana.

Es previsible que esta cita no ayudará mucho pues ambos lados van con posiciones que parecen irreconciliables, a pesar de lo cual debiera realizarse, y sería mejor que Vizcarra no lo dejara para la próxima semana por ser un tema central de su agenda.

El presidente Vizcarra insiste en el adelanto electoral y haría cuestión de confianza si el congreso –como parece obvio– archiva el proyecto para ir a una disolución del parlamento.

El rollo de Olaechea es: el presidente es incapaz, su propuesta es inconstitucional y, si insiste en ella, acabará en la cárcel, pues el adelanto solo lo decide el congreso y ese no es el ánimo del fujiaprismo ni de los disidentes de PpK.

Sobre la posibilidad de hacer cuestión de confianza en un tema constitucional, hay abogados para todos los gustos. Pero este problema no es jurídico, es político. Constitucionalistas sobran, lo que falta son políticos para negociar un adelanto electoral que es hoy lo más conveniente para el país.

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