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Política

Manotazo al país

Olaechea encabeza el sector golpista del Congreso.

Editorial
Editorial

El presidente del Congreso de la República, Pedro Olaechea, ha decidido encabezar el sector golpista del Parlamento, el mismo que trabaja temerariamente para allanar el camino a la presentación de una moción de vacancia del presidente Martín Vizcarra. Esta decisión la ha escenificado ayer mediante la difusión de un pronunciamiento grosero y violento contra el jefe de Estado.

Olaechea ha roto el equilibrio de las formas entre los poderes del Estado, que es parte de la convivencia democrática. Ha realizado un ataque a la presidencia de la República y no solo al presidente, rompiendo fuegos y puentes entre el Legislativo y el Ejecutivo, usando inconvenientemente un cargo en el que debería representar a los 130 parlamentarios, y no solo a una facción de ellos.

Su pronunciamiento, expedido en su calidad de presidente del Congreso y no como parlamentario, no ha sido debatido en ningún órgano legislativo. Sin embargo, en él asevera hechos que patentizan la total identificación del Parlamento con los intereses de la empresa Southern Perú en relación al conflicto de Tía María. Son muy graves sus llamados a recuperar unas supuestas zonas liberadas (“recuperar zonas afectadas”) en clara ofensa a los ciudadanos del sur y el norte del país, y a los que llama a reprimir usando “los instrumentos y todo el peso de la ley”.

El presidente, usando un lenguaje extremadamente agresivo, llama “irresponsable” al jefe de Estado. Lo encara dando por supuesto que tiene miedo de gobernar, sin mencionar el tema de fondo, que es la propuesta de adelanto de elecciones por la vía de una reforma constitucional entregada hace casi tres semanas al Congreso. En ese punto, juega en pared con otros legisladores, quienes, bajo el discurso aparente de diálogo, acuden a las mismas ideas para descalificar al Gobierno.

En cualquier sistema, las expresiones de Olaechea suenan como una declaración de guerra. En este caso también constituyen una toma de posición contra la mayoría de peruanos, que se ha expresado con claridad en relación al conflicto de Tía María, el adelanto de elecciones y la reforma de las instituciones. En un solo acto, el presidente del Congreso ha dado un portazo al país.

Los grupos parlamentarios, y los legisladores cuya representación ha hurtado el presidente del Congreso, no pueden quedarse con los brazos cruzados ante esta expresión de intolerancia y malas prácticas legislativas. Si se esperaba la señal de los aprestos golpistas para impedir el adelanto de elecciones, es obvio que es esta.