Bicentenario

Escribo estas líneas luego de escuchar las reacciones al discurso presidencial de Fiestas Patrias y a punto de internarme varios días en el bosque seco de Piura, donde no hay señal de internet.

Más allá de las reacciones a favor o en contra del discurso me quedó claro que nos hemos librado de un verdadero nudo político que se iba a producir el próximo 28 de julio del 2021, cuando las celebraciones por el Bicentenario de la Independencia se iban a contaminar con el fragor de una campaña electoral para elegir al presidente y a los nuevos congresistas.

Esto me dio un alivio pues me daba indigestión de sólo pensar en la masiva presencia de delegaciones internacionales en medio de una campaña electoral nacional. Ni qué decir del problema que se le iba a armar a la burocracia local.

Algo que también quedó claro en el mensaje es que el aeropuerto internacional de Chinchero sí va, contra viento y marea, y que el Bicentenario ya podremos estrenar las ampliaciones del aeropuerto internacional Jorge Chávez.

Otro proyecto que también va es el Museo Nacional de Arqueología (MUNA) que ya se proyecta como la única obra de envergadura como para celebrar los 200 años de nuestra independencia. Lo mejor es que el presidente Vizcarra se refirió “al MUNA” y no a esa iniciativa de transformar un museo especializado en arqueología para convertirlo en “museo de la nación” o algo así, como se pretendía durante la gestión de la anterior ministra de Cultura.

Ahora sabemos que para el 2021 ya tendremos nuevo Ejecutivo y nuevo Legislativo y se podrá celebrar el Bicentenario sin contratiempos.