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Política

El Informante: Alerta de vuelo, por Ricardo Uceda

El MTC revisa la puntuación de Corea, ganador en la puja para la dirección técnica del aeropuerto de Chinchero. Hubo observaciones de la Contraloría. ¿Se voltearán los resultados en favor de España o Canadá?

Por: Ricardo Uceda

Las observaciones de la Contraloría al concurso entre países para elegir al gestor del proyecto Chinchero quizá no constituyan vicios insubsanables. Hay en curso una verificación. Sin embargo, los puntajes finales entre los Estados que concursaron no son demasiado distantes. Ganó Corea del Sur. Un reajuste podría inclinar la tabla en favor de España o Canadá. Uno de ellos se encargará de revisar las licencias así como las objeciones que el proyecto ha suscitado por afectar un escenario histórico.

Una alteración de los resultados ratificaría la percepción de falta de pulcritud del Ministerio de Transportes y Comunicaciones en una iniciativa que arrastra supuestas irregularidades. Los términos de un contrato de concesión ya anulado causaron una crisis política y son investigados en etapa preliminar por el Ministerio Público. El ex ministro del sector Martín Vizcarra fue protagonista de la trama. Con Vizcarra en la presidencia, el proyecto fue asumido por el MTC, que dispuso una remoción de tierras para aplanar la zona contigua a la futura pista, obra sencilla de unos 35 millones de soles. Pero la empresa supervisora no cumplía los requisitos exigidos. Tras haber sido descubierta la falta por la Contraloría, la supervisora y la propia contratista afrontan proceso sancionador.

Lo que hará

La solución del gobierno para reanimar Chinchero fue conseguir que un Estado experto del primer mundo fuera asesor ejecutivo de la obra mediante un convenio de gobierno a gobierno. Es una especie de admisión de incapacidad bastante práctica. El Reino Unido, por ejemplo, ejecutó todas las obras de los Juegos Panamericanos, organizando los concursos, contratos y supervisiones. El esquema también ha sido empleado para comprar aviones y patrulleros y un sistema satelital de comunicaciones, entre otras adquisiciones.

En el caso de Chinchero, el Estado ganador hará prácticamente todo: la asistencia técnica para administrar digitalmente toda la documentación del proyecto, el diseño de las licitaciones nacionales e internacionales, la confección de los contratos, la gestión de los procesos de construcción y la supervisión, incluyendo un control de riesgos. También asume la gestión ambiental y arqueológica. Finalmente, se encarga de la puesta en operación del aeropuerto, que inauguraría el próximo presidente. En el concurso, la propuesta de Canadá costaba 35.6 millones de dólares, la de España 32.1 y la de Corea del Sur 30.1. Pero el valor económico solo representaba el 20% del puntaje. El 80% restante dependía de la capacidad técnica.

Los parámetros

Según parámetros de evaluación aprobados en abril pasado, la decisión del MTC se adoptaría considerando la experiencia del aspirante en la gestión y dirección aeropuertos importantes. Cada país se presentó con una empresa de su nacionalidad que lideraría las operaciones. Entre otras variables, se evaluaba además la experiencia de los gerentes. Al final, la calificación técnica de Corea fue ligeramente superior a la de sus competidores. Acompañada de la empresa Dowha, sumó un promedio ponderado de 76.34 puntos, contra 73.67 de España y 65.25 de Canadá. De inmediato la Contraloría revisó las propuestas y resultados de los dos mejores ubicados. Hizo “acompañamiento simultáneo”, un ágil procedimiento para prevenir metidas de pata antes de que sea demasiado tarde. El MTC aún no ha firmado contrato con el ganador anunciado.

El MTC pidió a los concursantes documentar su experiencia en función de cinco componentes: terminal de pasajeros, pista de aterrizaje, calle de rodaje, plataforma de aeronaves y terminal de carga. No interesaba la historia técnica en partes de un aeropuerto que no fueran esenciales. Así, cuando calificó la experiencia coreana en proyectos mayores a 200 millones de dólares, no validó toda su lista de obras. Le puso puntaje cero al Sky Park del aeropuerto de Gimpo, en Seúl. Era un centro de entretenimiento irrelevante para la evaluación. Pero este Sky Park también fue incluido por los coreanos en otra lista requerida, de proyectos mayores a 300 millones de dólares. Y en este caso el MTC sí la consideró una experiencia válida, asignándole 5 puntos. Aunque la cifra es menor, la inconsistencia luce mayúscula.

Más inconsistencias

Otra sorpresa de la supervisión es que dos gerentes coreanos no acreditaron títulos que el MTC juzgó necesarios. Las incongruencias fueron parecidas cuando se juzgó la propuesta española. El MTC le consideró tres proyectos cuyo costo no alcanzaba el mínimo de 200 mil dólares requerido. 75 puntos gratuitamente cedidos. Tampoco el gerente general del proyecto cumplía dos de las tres condiciones establecidas como experiencia mínima. A fin de mes vence el plazo de diez días dado por la Contraloría al MTC para responder. El ministerio adelantó que lo observado no afecta el fondo de la calificación. En efecto, se reportaron pocas inconsistencias en un conjunto amplio de indicadores. Pero no es un secreto que las licitaciones dolosas están hechas de detalles.

Quienquiera que gane deberá afrontar la circunstancia de que el MTC convalidó el anterior proyecto sin conseguir un imprescindible Certificado de Inexistencia de Restos Arqueológicos (CIRA). Quizá el nuevo proyecto pueda obtenerlo, identificando y poniendo a salvo lo que debe ser preservado, claro que a un costo mayor para el contratista. En cuanto a la oposición de expertos nacionales y del exterior, que repudian la idea de un aeropuerto en el Valle Sagrado de los Incas, por mucha razón que tengan no pueden bloquear carreteras para así obtener atención del presidente. De la mano con Vizcarra, dos ex ministros de Cultura, Salvador del Solar y Ulla Holmquist, les han dado la espalda.

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