Acordándose de Kenji
“Si Kenji Fujimori llega a una directiva distinta de la de FP, habrá demostrado que tenía el temple para emprender un camino propio”.
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Súbitamente Kenji Fujimori ha aparecido en medio de la aritmética del Congreso. Algunos en Fuerza Popular lo quieren de vuelta. El reeleccionista Daniel Salaverry también persigue los 10 votos de Cambio 21. Salvo declarar que no regresarán a FP, los kenjistas hasta ahora no han dicho nada. Les quedan 15 días para invertir su capital político con cierta sabiduría.
Designar a Héctor Becerril para que invite a Kenji Fujimori de vuelta no parece muy buena diplomacia. El cuestionado mototaxista ha sido de los que más rabió en público contra el congresista disidente. Fue el propio Becerril quien a comienzos del 2018 salió a anunciar que la expulsión de Kenji Fujimori de FP era inminente.
Usar a Becerril puede ser visto como una manera de pedir perdón por pasados agravios, o como un gambito que se realiza sin la menor esperanza. No hay nada parecido a una oferta interesante en sus declaraciones, que se resumen en la nostálgica frase “hacer una sola bancada, como comenzamos al inicio”. Bancada donde Kenji Fujimori fue un marginado desde el primer día.
Si la torpe invitación al disidente es genuina, ella indica que hasta el momento FP no ha tenido suerte con la búsqueda de votos en otros lugares, ni siquiera con la oferta de entregar la presidencia del Congreso a un aliado. Oferta que, hasta donde sabemos, no se le ha hecho a Kenji Fujimori. ¿Cuál sería para él el atractivo de regresar? ¿Un puesto en la directiva?
Cambio 21 va a tener que colocar sus votos en algún lugar, pero FP parece el menos conveniente. Un regreso sin gloria al ingrato redil dañaría la imagen de independencia que tanto le ha costado a Kenji Fujimori, diluiría el espíritu de cuerpo de su bancada, y todos quedarían, para volver a citar a Becerril, como comenzaron al inicio.
¿Salaverry ofrece más? No tanto. Pero por lo menos significaría aliarse con otro disidente de FP, y continuar la saga que empezó con la expulsión. Si Kenji Fujimori llega a una directiva distinta de la de FP, habrá demostrado que tenía el temple para emprender un camino propio. Podría, eventualmente, invitar a gente de FP a ir uniéndose a Cambio 21.
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