Complicada libertad

Con la opinión favorable del fiscal Víctor Raúl Rodríguez ante la Corte Suprema la excarcelación de Keiko Fujimori no está asegurada, pero sí más cerca que nunca. Rodríguez es un fiscal bastante cuestionado, pero eso no necesariamente impedirá una casación contra la prisión preventiva de Fujimori. Conviene, pues, revisar algunos posibles efectos de un desenlace así.

Sin duda, Fuerza Popular recibiría la medida como un triunfo judicial y político. Pero luego de esa primera euforia saldrían a flote algunas realidades a tomar en cuenta. Por ejemplo, que lo suspendido sería la prisión preventiva, no el caso mismo. Además de que la excarcelación seguramente vendría acompañada de algunas limitaciones a la libertad de movimiento.

Lo primero que Fujimori tendría que hacer es demostrar que sus largos meses en prisión no han afectado su liderazgo, lo cual puede significar la búsqueda de algunos cambios en el seleccionado más visible de FP, más la introducción de algunas novedades en la línea general de la bancada. Lo cual se podría traducir en una pisadera de callos, y más inestabilidad.

Su otra opción podría ser abstraerse de los asuntos del Congreso y empezar, como anunció hace un par de semanas, una gira por el país. Esto la ayudaría a restablecer su imagen de candidata, y en cierto modo resolvería la cuestión del liderazgo post-prisión. Aunque las encuestas no auguran mucho éxito a las concentraciones ofrecidas.

Un problema con lanzarse a campo traviesa en una campaña electoral adelantada es que esta vendría combinada con sus obligaciones de acusada, todas las cuales llegarían a las primeras planas. De modo que la Fujimori liberada en ningún caso sería en lo político la misma que la Fujimori puesta en prisión el año pasado.

Un factor a tomar en cuenta es la posibilidad de que la presión de la opinión pública y los argumentos judiciales pueda terminar devolviéndola a la cárcel, en una suerte de remake de lo sucedido con su padre. Este no dio fuego al salir de la cárcel, se encontró con un fujimorismo sumamente cambiado, y terminó volviendo a prisión.

Salir libre en estos tiempos sería en este caso una obvia fortuna personal y familiar. Pero en lo político es probable que se trate de una bendición a medias.