Un lujo que ni los países árabes se dan
Inversión, medio ambiente y población son compatibles.
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La declaración de que Southern debería elaborar otro Estudio de Impacto Ambiental (EIA) de Tía María que sea “amigable” parece la capitulación de la presidencia de Martín Vizcarra sobre el inicio de nuevos proyectos de recursos naturales durante su administración.
“La empresa no tendrá más alternativa que elaborar otro EIA para demostrar que el proyecto minero es amigable con el ambiente y la agricultura”, señaló el viceministro de Gobernanza Territorial de la PCM, Raúl Molina, al portal del diario Los Andes, no obstante reconocer que Southern ya demostró que este cumple con todas las normas ambientales pero que aún falta un problema por resolver, que podría ser el descontento de la población del Valle del Tambo, según especula Gestión.
Más allá de que encuestas en el valle revelan una gran mejora en la aprobación de su población al proyecto durante los últimos tres años, la declaración del viceministro Molina no tiene ninguna referencia al cumplimiento de la ley, un asunto que parece cada vez menos relevante para el gobierno cuando se refiere a proyectos de inversión.
Por su parte, MGM Las Bambas sigue acechada por nuevas embestidas de los mismos abogados que protagonizaron el bloqueo reciente de la vía.
En el sector energía las noticias son igualmente desalentadoras. El lunes, El Comercio informó que el lote 58 a cargo de la petrolera china CNPC, dedicado al gasoducto, entró en fuerza mayor por trabas burocráticas que demoran la aprobación de los estudios ambientales, mientras Geopark pospuso el proyecto Morona –de unos US$ 500 millones– para replantear el EIA.
Asimismo, como informó Perú.21, el diálogo entre líderes nativos y el gobierno en cinco cuencas de Loreto se ha complicado, en un contexto de constantes atentados contra el oleoducto que paralizan las operaciones. Ayer, las federaciones indígenas decretaron un paro en el circuito petrolero.
El cuidado ambiental es fundamental, como lo es un enfoque sobre los conflictos sociales que no tienen que desembocar en violencia. Pero eso requiere un gobierno capaz de responder a problemas antes de que exploten, y haciendo respetar la ley, pues dejar los recursos naturales sin desarrollar es un lujo que ni los países árabes se dan.
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