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Notas sobre Torres

“Los congresistas aterrados ante la nueva posibilidad de un cierre del Congreso y su asamblea constituyente, ambas cosas innecesarias para Castillo, van a pasar a ser opositores leales a más no poder. Fue Torres quien llevó las cosas hasta este punto”.

Para Aníbal Torres se están multiplicando los papeles. Durante nueve meses su tarea fue contrapesar las limitaciones políticas de Pedro Castillo, con dosis oportunas de algo así como una viveza criolla. Su gran chamba fue subir a la PCM a un avión interprovincial, con ministros y todo.

En ese tiempo desarrolló un estilo de cascarrabias que no parecía deliberado. La relación con Castillo no registra altibajos; en todo caso se preocupó de no dirigir sus rabietas hacia los ministros más fuertes del gabinete. No los atacó, pero no les resolvió problema alguno.

De los nueve meses PCM Torres sale muy bien ubicado, y su imagen ha cambiado de manera importante. No nos referimos a su nuevo puesto de asesor de su sucesora, sino a su relación especial con las próximas elecciones parlamentarias, y otras que vengan.

El cambio a que aludimos es que en medio de la vorágine de los 70+ ministros descartables y olvidables, Torres le ha sido indispensable a Castillo para una tarea específica: evitar que caiga. Parecía que el hombre clave para eso era Vladimir Cerrón, pero no.

Cuando Torres presenta su sainete “La confianza” el trabajo de blindaje de Castillo en el Congreso ya está hecho. Torres da un pequeñísimo paso atrás, y el peligro de la vacancia queda neutralizado hasta nuevo aviso. Los negocios como siempre.

Los congresistas aterrados ante la nueva posibilidad de un cierre del Congreso y su asamblea constituyente, ambas cosas innecesarias para Castillo, van a pasar a ser opositores leales a más no poder. Fue Torres quien llevó las cosas hasta este punto.

Castillo ha descubierto que no le conviene cerrar el Congreso, ni jugar a la constituyente. En cambio Cerrón está viendo que el canje de votos por puestos públicos es algo indigno para un comerciante del Mantaro. No puede ser ministro él mismo. ¿Entonces qué puede pedir a cambio de sus votos?

Quizás la cabeza de Torres, pero en serio, y volver a la antigua situación. Pero no es fácil. Los niños de todas partes también están comprados. ¿Dónde deja eso los votos de Perú Libre? No parecía, pero Torres resultó político mucho más hábil que Cerrón, Bellido, y Bermejo juntos. Incluso más que varios personajotes de la derecha.

La República

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