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Armando la pampa para sobrevivir

“Castillo es hoy un náufrago en una balsa en las aguas bravas de su propia mediocridad y de una oposición ruda, mientras el congreso también sobrevive, y busca para ello un equilibrio que le permita durar en el tiempo, el cual defiende con uñas y dientes”.

El equipo político del presidente Pedro Castillo, con más audacia que seso, ha cometido el error garrafal de amenazar de muerte al único actor político que le puede provocar una muerte súbita: el congreso de la república.

Castillo y su combo creen que sus obstáculos son la fiscalía, el periodismo y el congreso, a quienes califica y agravia de ‘enemigos de la democracia’.

Pero mientras el periodismo solo denuncia, y la fiscalía avanza en plazos lentos, el congreso sí puede liquidar constitucionalmente a un presidente con el instrumento de la vacancia.

Esto ocurre en un ambiente político envenenado tras una pandemia devastadora y una crisis política que ya lleva seis años y se lleva de encuentro a presidentes y congresos, donde es difícil construir y fácil destruir, y donde impera el instinto de sobrevivencia.

Castillo es hoy un náufrago en una balsa en las aguas bravas de su propia mediocridad y de una oposición ruda, mientras el congreso también sobrevive, y busca para ello un equilibrio que le permita durar en el tiempo, el cual defiende con uñas y dientes.

El problema de Castillo ahora es que, al ponerse en manos del congresista Guillermo Bermejo con su par de arietes alucinados Aníbal Torres y Betssy Chávez, ha lanzado con flagrancia la amenaza de cerrar el congreso con unas armas que el TC ha señalado que son unas patas de cabra institucionales, como poco antes lo hizo al llamarle la atención al congreso por su absurda acusación por traición a la patria.

Sin la ley de su lado para disolver el congreso con el fin de eludir las investigaciones de corrupción, no se debe desdeñar la denuncia del congresista Héctor Valer, quien hasta hace poco integró el cogollo presidencial liderado por el congresista Bermejo, de que el gobierno pretende cerrar el congreso de manera inconstitucional con la colaboración de sectores radicales como los reservistas de Antauro Humala.

Quizá a ello aludió el ministro Alejandro Salas cuando dijo que, si se concretara la vacancia, “la convulsión social sería tan grande que el Perú sería ingobernable”. El gobierno que amenazó al congreso, hoy se siente amenazado, y parece dispuesto a sobrevivir como sea, amenazando con armar la pampa para poder sobrevivir.

La República

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