Metropolitano inaugurará 14 nuevas estaciones

El desafío de plantear reformas

“Una de las barreras para que la gente pase de pedir adelanto de elecciones a que opte por una acción colectiva afirmativa es que vea que ese adelanto sirve de algo...”.

Por Hernán Chaparro. Psicólogo social, Facultad de Comunicación, Universidad de Lima.

La participación ciudadana en actos de protesta, en particular, la manifestación a través de marchas se sigue presentando como el recurso más a la mano que tiene la población para presionar al Ejecutivo y/o Legislativo para que sean tomadas en cuenta sus opiniones o propuestas.

Durante estos meses se han dado diversas marchas a favor y en contra del gobierno y/o del Ejecutivo. Todas han esperado emular las marchas que llevaron a que Merino renuncie a su cuestionada presidencia, pero nada de eso ha ocurrido. Es bueno mirar algunas cifras para entender las diferencias entre lo ocurrido y lo deseado.

El Instituto de Estudios Peruanos (IEP) acaba de preguntar al respecto y registra que un 12% declara haber participado en alguna manifestación o protesta en los últimos doce meses (no pregunta si estas fueron marchas o qué). En diciembre del 2020 el 45% de los encuestados por el IEP manifestó haber protestado de alguna manera contra Manuel Merino, gran diferencia. No son exactamente las mismas preguntas, pero da una idea de la distancia en la movilización conseguida.

En la actual coyuntura, son diversas las encuestas que registran que alrededor de dos tercios de la población considera que el actual entrampe político pasa por un adelanto de elecciones. No siempre está claro, en esos resultados, si la gente conecta adelanto de elecciones con una previa reforma electoral y/o política y cuáles serían esos mínimos para que el adelanto tenga sentido.

Hay sondeos, como el que acaba de publicar Ipsos por encargo de Coalición Ciudadana, donde se muestra el alto apoyo a una serie de reformas que la Coalición promueve, pero no sabemos si la gente hace la conexión entre un hecho y el otro, entre la necesidad y beneficio de las reformas previas y un adelanto electoral.

Que se establezca esa conexión es importante. Una de las barreras para que la gente pase de pedir adelanto de elecciones a que opte por una acción colectiva afirmativa es que vea que ese adelanto sirve de algo. Un determinado sentimiento no tiene porqué implicar una voluntad de actuar en cierto sentido.

A juzgar por la reciente encuesta del IEP ese pedido de que se vayan todos expresa sobre todo el rechazo al Congreso, no necesariamente la voluntad de salir a la calle a defender una propuesta. Ya varios han señalado que uno de los elementos que frena una mayor movilización es la percepción de que un adelanto de elecciones solo traería nuevas caras y viejas costumbres.

Pero el tema puede ser más grave aun porque ese “que se vayan todos” en parte es también un rechazo a la política democrática, no solo al Congreso o al Ejecutivo. Un sentimiento que también podría ser canalizado por una propuesta más autoritaria que ofrezca cumplir con “lo importante”: generación de empleo, mejor educación y salud, seguridad ciudadana y el largo etcétera que conocemos.

Un rechazo a cambios que toman tiempo y una apuesta a la inmediatez autoritaria. El Jurado Nacional de Elecciones presentó este año un estudio sobre cultura política en Perú donde se observa que en las actitudes ciudadanas hay un fuerte contenido plebiscitario. Ese “que se vayan todos” también es un “no creo en las instituciones” y que venga alguien a ordenar esto… como sea pero que lo ordene.

Por lo tanto, no conecta necesariamente con una reforma política. No es que sea necesariamente una cultura política autoritaria. Es una cultura política huérfana y desesperada de ver que las instituciones son corruptas y que quienes ahí se desempeñan solo están pensando en su bien personal. Es una suerte de autoritarismo pragmático, inmediatista, a falta de visualizar mejores alternativas.

Enfrentamos el reto de lograr que la gente conozca y crea que una reforma política puede ayudar a mejorar las cosas en el corto y mediano plazo. El desafío de hacer política de otra manera para que la gente crea de nuevo en la política.

.

.

La República

Los artículos firmados por La República son redactados por nuestro equipo de periodistas. Estas publicaciones son revisadas por nuestros editores para asegurar que cada contenido cumpla con nuestra línea editorial y sea relevante para nuestras audiencias.