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“A este trance nos ha conducido una mezcla de ignorancia, torpeza, terquedad y vocación autoritaria y falta de amor por el país que comparten el gobierno y un sector bastante extendido del Congreso”.

Con las barbaridades cometidas durante su gestión, uno pensaría que la salida de Aníbal Torres a la presidencia del Consejo de Ministros sería una estupenda noticia para el país. Sin embargo, por la manera en la que se ha producido, solo ha conseguido empeorar las cosas.

Torres renunció luego de que la mesa directiva del Congreso se pronunció unilateralmente sobre la cuestión de confianza sobre la «Ley Antirreferéndum». En palabras de José Williams: «La Mesa Directiva ha acordado por mayoría rechazar de plano la cuestión de confianza planteada por el presidente del Consejo de Ministros por tratarse de maneras prohibidas para el planteamiento (de esta)».

Se trata de una de las dos salidas previstas por la ley 31355 que, como se especifica claramente, no implican denegatoria de la confianza. Sin embargo, actuando con la agudeza de un tinterillo, el gobierno ha querido dar la impresión de que el Congreso quemaba su «bala de plata» y que, de repetirse esta situación, el presidente estaría facultado a disolverlo. Ese fue el sentido de la renuncia de Aníbal Torres y del lamentable mensaje a la nación ofrecido en la noche por Pedro Castillo.

Estamos ante una pantomima jurídica que busca justificar una escalada autoritaria. Pero ¿por qué, estando en un momento tan delicado, conociendo las intenciones del gobierno, Williams actuó de esta manera? ¿Por qué no prefirió el otro camino previsto en la ley, remitiendo la cuestión de confianza a la Comisión de Constitución y luego al pleno para declarar su improcedencia?

La crisis amenaza con incendiar al país. El principal responsable de esta situación es Pedro Castillo, que construyó un gobierno de incompetentes, pícaros y autoritarios, que nos han sumido en el desgobierno y la improvisación, y que ahora, cercado por gravísimas denuncias de corrupción, se ve obligado a huir hacia adelante, escalando las hostilidades al máximo y llevando al límite a nuestro sistema constitucional, con el único propósito de salvar su pellejo.

Dicho esto, también es verdad que al frente tiene un Congreso hecho a su medida, que ha demostrado sobradamente sus pocas convicciones democráticas y que, con sus permanentes errores de bulto (la acusación por traición a la patria o la prohibición a Castillo de viajar fuera del país, por citar solo dos ejemplos ocurridos en plena visita de la misión especial de la OEA), ha resultado el mejor aliado de este gobierno precario, que se cae a pedazos, regalándole oxígeno y estabilidad en sus horas más bajas.

A este trance nos ha conducido una mezcla de ignorancia, torpeza, terquedad y vocación autoritaria y falta de amor por el país que comparten el gobierno y un sector bastante extendido del Congreso. Solo si se van todos podremos salir de esta.

Raúl Tola

El diario negro

Raúl Tola. Autor de contenidos y de las últimas noticias del diario La República. Experiencia como redactor en varias temáticas y secciones sobre noticias de hoy en Perú y el mundo.