Salir de la encrucijada
Impulsar el movimiento ciudadano para superar la crisis política del país.
En opinión de Luis Pásara, el deterioro peruano que se traduce en la crisis política actual es un producto de más larga data. Ha ido socavando con sus altos índices de corrupción la gobernabilidad del país.
Además, los actuales Ejecutivo y Legislativo mantienen un equilibrio insano, alentado por los deseos de perdurar de ambos. Eso hace que se haya establecido una suerte de pacto no verbalizado en el que todos hacen lo posible por mantenerse a cualquier costo.
Para Pásara, al igual que para Alberto Vergara, las elecciones generales no constituyen una solución definitiva que vaya al fondo del problema porque se trata de una crisis que afecta la estructura de la sociedad y se expresa en partidos políticos que no tienen relevancia ni convocan mayoritariamente a la ciudadanía.
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La presencia de la OEA en el país, en los próximos días, podría ser de utilidad para obtener una salida consensuada y democrática del entrampamiento político, como ocurrió en el pasado, cuando el aparato del Estado parecía estar tomado por el fujimorismo y las fuerzas sanas lograron vencer con el ejercicio democrático de la ciudadanía movilizada.
Es evidente la poca o nula convicción que tiene la gestión de Pedro Castillo. La oposición con su argumento de traición a la patria busca la inhabilitación presidencial, y solo muestra carencia de recursos e incapacidad para una salida política, pues coloca al mandatario como víctima y perseguido del acoso del Congreso.
La cuota de poder, a veces mínima, por la que buscan perpetuarse en los cargos tanto el presidente como los congresistas parece explicar tanto yerro: una comisión por una obra o un pago por alguna iniciativa legislativa destinada a favorecer a la minería ilegal, a los casinos o a los sectores educativos que han hecho de la enseñanza un oficio lucrativo resultan siendo explicaciones viables.
Sin embargo, hay un rumbo trazado con el adelanto de elecciones que nos ponen ante el reto de impulsar desde la ciudadanía el recambio necesario para romper la inercia. Contamos con sectores sanos del Estado que han mantenido el curso positivo del país y están dando la batalla por superar esta etapa de tanta dificultad y tan poca alternativa. Queda empujar opciones de solución planteadas. El Perú debe superar el entrampamiento, así como lo hizo en el pasado. He allí la tarea y el compromiso.
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